La cineasta Camila Beltrán ha dejado una huella en el Festival de Cannes 2024 con su ópera prima "Mi bestia", una película que mezcla terror y drama psicológico familiar. Presentada en la sección ACID, la película se destaca por su audaz exploración de la pubertad, el despertar sexual y la violencia de género, enmarcados en un contexto de leyendas urbanas y misterios diabólicos.
Mi bestia se sitúa en la década de los años 90 y sigue la historia de Mila, una adolescente de 13 años interpretada por la debutante Stella Martínez. En medio de los cambios físicos y emocionales propios de su edad, Mila se enfrenta a un ambiente hostil donde los rumores sobre una presencia diabólica que secuestran a chicas jóvenes circulan por su ciudad. A pesar de las advertencias de su familia, la joven se siente atraída por el peligro de las salidas nocturnas, buscando respuestas en medio del miedo y la tensión que rodea la celebración de la Luna, un evento clave en la trama.
La película, con una duración de 75 minutos, sobresale por su estilo visual, que combina elementos retro y experimentales, logrando un ambiente nostálgico que evoca la época en la que transcurre la historia. Beltrán, quien creció en los años 90 en Bogotá, se inspiró en su propia infancia y en las leyendas urbanas de la ciudad, como la "profecía" del 6 de junio de 1996, cuando se temía la aparición del diablo. Este ambiente de histeria colectiva sirvió como punto de partida para la creación del universo de Mi bestia .
Beltrán reconoce la influencia de directores como Lucrecia Martel ( La niña santa ) y clásicos del terror como Carrie de Brian De Palma, aunque la película busca su lenguaje propio, abordando de manera única el terror adolescente desde una perspectiva latinoamericana.
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En la película, Mila no solo debe enfrentar el miedo a la criatura diabólica que acecha su ciudad, sino también los peligros reales de una sociedad marcada por la violencia de género. La historia ofrece una reflexión sobre el poder interno y el proceso de empoderamiento femenino, presentando a Mila como una joven que, en lugar de ser víctima, descubre su propia fortaleza.
Mi bestia ha sido recibida con elogios por su ingenio visual y su capacidad para evadir algunos de los clichés del subgénero de terror adolescente, aunque la crítica también ha señalado las limitaciones impuestas por su bajo presupuesto. Aun así, la película ha logrado destacar en Cannes por su propuesta fresca y su narrativa cargada de tensión y simbolismo.
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Camila Beltrán, quien hasta ahora había trabajado en el cine experimental y como montadara, ha dado un importante paso en su carrera con Mi bestia , marcando su debut en un escenario internacional tan relevante como el Festival de Cannes. Con esta película, Beltrán no solo expone los miedos internos de su protagonista, sino también los terrores que acechan en el mundo real, dejando una profunda reflexión sobre el papel de las mujeres en contextos adversos.
El estreno de Mi bestia en Cannes abre una ventana al cine colombiano emergente, demostrando que las historias locales pueden resonar a nivel global, con narrativas que combinan lo íntimo, lo fantástico.