Los tatuajes han perdido mala fama y con el paso del tiempo se vuelven más comunes entre la sociedad. Sin embargo, aún existen personas tradicionalistas que relacionan la tinta en la piel con criminalidad o pecado.
Los tatuajes más comunes que llegan a los estudios para ser cubiertos o a un centro especializado en la piel para ser borrados son los realizados en pareja, apuestas, etc.
Por fortuna y gracias a los avances tecnológicos, la tinta puede ser retirada de la piel mediante un proceso con láser, aunque los resultados en ocasiones tampoco son los mejores, pues generan un nuevo gasto, dolor y en muchos casos no puede ser eliminado del todo.
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¿Cómo es el proceso con láser?
Centros estéticos ahora ofrecen esta opción especializada para remover tatuajes a través de láser Q-switched, que debe ser realizado en varias sesiones y tiene un alto costo, incluso si es pequeño.
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Además, aquellas personas que se someten a este tratamiento deben saber que podrán sufrir de ampollas, dolor, costras y hasta sangrado. Posteriormente podrán tener alergias en la zona afectada o cambios en la pigmentación de la piel.
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Las personas que no desean someterse a un tratamiento láser para retirar su tatuaje optan por realizarse uno nuevo encima.
En estos casos debe ser de mayor tamaño y con colores, pero uno de los problemas al tomar esta decisión es que la tinta del diseño anterior se “desangrará”, es decir, empezará a descomponerse en partículas y será absorbido por el cuerpo.
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En ambos casos el cuerpo sufrirá las consecuencias de la decisión tomada por la persona, así que, antes de realizarse un tatuaje o retirarlo debe pensar bien a lo que su cuerpo estará expuesto si se arrepiente en un futuro.
Por último, si usted es amante de los tatuajes, la mejor recomendación es escoger como tatuador a un especialista que realice un gran trabajo para que el resultado sea satisfactorio.
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