El origen de las billeteras virtuales se remonta a la aparición de la primera criptomoneda, el bitcoin. En 2009, Satoshi Nakamoto, el enigmático creador de bitcoin, desarrolló la primera billetera digital.
Estas billeteras, también conocidas como monederos, son el lugar donde se almacenan nuestros activos digitales. Cuentan con "claves privadas", que actúan como la "llave de la caja fuerte" o la contraseña que permite acceder a nuestras criptomonedas.
Las criptomonedas y activos digitales pueden ser protegidos con una billetera virtual. Existen tres tipos principales de billeteras:
- Hot Wallets (billeteras calientes): son accesibles en línea a través de dispositivos como PC, tabletas o smartphones mediante software o aplicaciones. Son prácticas para el manejo diario, pero pueden ser vulnerables a ataques informáticos.
- Cold Wallets (billeteras frías): son dispositivos físicos sin conexión, como pendrives. Ofrecen un alto nivel de seguridad, ya que no pueden ser hackeadas. La responsabilidad de las claves privadas recae completamente en el usuario.
- Warm Wallets (billeteras tibias): Son aplicaciones conectadas a internet que requieren una contraseña de 12 palabras o un PIN. No son recomendadas para almacenar grandes fondos debido a su menor nivel de seguridad, pero son útiles para transacciones diarias.
Para ofrecer una visión más clara de la seguridad en el mundo digital, es crucial entender las diferencias entre una billetera física (o Hardware Wallet) y los tipos de wallets como hot wallet, cold wallet y warm wallet
La elección de la billetera adecuada depende de la cantidad de activos a proteger y la necesidad de seguridad. Las billeteras frías son generalmente más seguras, pero las calientes son más convenientes para uso diario.