Otro caso de estafa llegó a los micrófonos de Mañanas Blu con Camila Zuluaga. Alirio Rodríguez fue víctima de un robo millonario en sus tarjetas de crédito por parte de unas personas que se hicieron pasar por funcionarios del Banco Itaú que le hicieron un cambiazo en su propia casa y terminaron sacándole de la cuenta al menos 22 millones de pesos.
“A mí me abordan el 31 de mayo para ofrecerme el cambio de las tarjetas de crédito del banco. Me llaman al teléfono personal y en segunda medida me dan todos los datos y toda la información que está registrada en el banco, como los productos que tengo; los productos que uso; los números de las tarjetas y de alguna manera también me insinúan ciertos requerimientos, que yo le había dicho al banco (…) Me dicen que el 1 de junio y van a cambiar las tarjetas y lo confianza que medio accedo. Llega una persona que se identifica plenamente con una compañía de las que ellos utilizan. Hacen unos procesos de verificación, me llaman supuestamente del banco varias veces, verifican que sea la persona y, en fin, pues no genera ningún tipo de sospecha. Es más, en el momento de cambiar las tarjetas la persona que viene o el individuo o el delincuente mejor las destruye delante mío, pero en un video que ahí se ve como en un momento que yo estoy firmando unos documentos, él no destruye los chinches que se los guarda”, contó en diálogo con Mañanas Blu.
Posterior a esa reunión, Rodríguez recibió una llamada de su banco que le informó movimientos sospechosos en sus tarjetas de crédito a lo que, inmediatamente, pidió que bloquearan estas transacciones, pues estos no estaban autorizados y le dicen que no se preocupara; sin embargo, días después volvió a revisar y notó que, pese a sus palabras, el banco sí autorizó estos movimientos.
“No tiene sentido que se realicen operaciones y me hagan responsable de ellas, mientras que simultáneamente me llamen para que las apruebe. No las apruebo. Proceda y active sus procedimientos de reclamación. Ya he bloqueado todas mis tarjetas y he tomado todas las medidas necesarias con respecto a mis productos. Sin embargo, extrañamente, siguen adelante con el cobro de dos operaciones que en ningún momento autoricé y que el banco verificó conmigo. Porque, si no hubiera habido ninguna llamada o comunicación, el banco podría haber dicho "Ah, bueno, listo, hubo un problema y simplemente yo soy el responsable." Pero, además de eso, el banco ha sostenido que soy el responsable de las tarjetas y, por esa razón, estas operaciones, con toda la información que tienen sobre los usuarios, están siendo utilizadas de esta manera. Me preocupan dos cosas: más allá de lamentar lo sucedido y el detrimento patrimonial, que es considerable, de casi 23 de pesos”, puntualizó.
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