Un estudio de Fedesarrollo, detallado durante una entrevista en Mañanas Blu, advierte que aproximadamente el 60 % de la fuerza laboral enfrenta un alto riesgo de ser suplantada por la automatización.
En un reciente estudio, titulado “COVID-19 y riesgo de automatización en el mercado laboral de los países andinos”, Fedesarrollo, bajo la dirección ejecutiva de Luis Fernando Mejía, ha puesto en relieve las implicaciones de la automatización y el cambio tecnológico sobre el futuro del trabajo en Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú .
El estudio, detallado durante una entrevista en Mañanas Blu, con Néstor Morales, advierte que aproximadamente el 60 % de la fuerza laboral andina enfrenta un alto riesgo de ser suplantada por la automatización, afectando principalmente a sectores como el administrativo, servicios, agrícola, comercio y ventas.
Ocupaciones vulnerables y resilientes
Según Mejía, las ocupaciones más susceptibles a este fenómeno son aquellas caracterizadas por tareas manuales repetitivas y con menor requerimiento de habilidades cognitivas avanzadas. Esto incluye profesionales en la industria manufacturera, limpieza, agricultura, servicios de comida rápida, telemarketing, así como asistentes administrativos y contables.
Cerca de seis de cada 10 empleos están en riesgo de automatización. Esto no quiere decir que se vayan a perder el 60 % de los empleos. Lo que quiere decir es que, si la política pública no empieza desde ya a tomar medidas para evitar justamente que estas personas puedan verse afectadas por la introducción de nuevas tecnologías, pues naturalmente vamos a tener un problema muy de fondo
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Al contrario, las profesiones con menores riesgos de automatización son aquellas que demandan un alto nivel de creatividad, inteligencia social y habilidades de manipulación física, como psicólogos, artistas, trabajadores sociales, enfermeras, y terapeutas ocupacionales.
Impacto según la edad y educación
El informe resalta que los adultos entre 30 y 59 años con educación secundaria representan el grupo más vulnerable ante estos cambios tecnológicos, sugiriendo un enfoque en la actualización y mejora de las habilidades para esta demografía.
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Para enfrentar estos retos, Luis Fernando Mejía sugiere la implementación de políticas orientadas a mejorar la calidad y pertinencia de la educación, enfatizando la necesidad de fomentar habilidades creativas y sociales, además de competencias en programación, uso de inteligencia artificial y análisis de datos. Este enfoque busca preparar a la fuerza laboral para adaptarse y prosperar en un mercado laboral en constante evolución.
“Este es un tema de mediano plazo, pero por supuesto sujeta a muchas incertidumbres porque, por ejemplo, hace tres años nada se imaginaba el poder de una tecnología como la inteligencia artificial. Estos modelos, por ejemplo, el ChatGPT, se han mostrado en un período muy corto de tiempo, avances realmente sustanciales. Entonces los efectos son de mediano plazo. Incluso ya estamos viendo temas de automatización con máquinas que han venido reemplazando a cajeros, por ejemplo, también en sitios de dispendios de comida. Se va y oprime una maquinita donde puede hacer el pedido. No son temas de corto plazo. Sí son de mediano plazo, probablemente una década o algo por el estilo”, explicó.
La visión de largo plazo
El análisis de Fedesarrollo proyecta que, en el mediano plazo, una amplia gama de ocupaciones podrían verse afectadas por la automatización. Sin embargo, resalta la importancia de anticiparse a estos cambios mediante políticas públicas eficaces que promuevan la reorientación profesional y el desarrollo de nuevas habilidades, especialmente en los jóvenes que están decidiendo su futuro educativo y profesional.
¿Qué deberían estudiar los jóvenes?
A la pregunta de qué deberían estudiar lo jóvenes para prepararse para el futuro, Mejía manifestó que, antes que eso, es necesario replantear el modelo educativo del país. Sin embargo, dijo que profesiones como programador tendrían más cabida en un mundo cada vez más dominado por los algoritmos.
La primera, justamente repensar nuestro modelo educativo. Un modelo que actualmente, pues, no está incorporando esas nuevas habilidades que se requieren tipo relacionadas, por ejemplo, con la programación, el uso de la inteligencia artificial, ese tipo de cosas seguramente van a estar cada más demandadas en el corto mediano plazo y es fundamental que se incorporen en nuestro modelo educativo que ratificó
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Además, dijo que es necesario el reentrenamiento de personas que están en las ocupaciones más vulnerables: “Obviamente, no solo tenemos que dar las habilidades requeridas a los jóvenes que estamos formando, sino que también aquellas personas que van a estar de alguna manera en la obsolescencia tecnológica, que puedan adquirir nuevas habilidades que les permita reinsertarse al mercado laboral”.
“Entonces los temas como típicamente pasan a estas historias de inteligencia artificial. Pues mucho énfasis en las habilidades más cualitativas, cuantitativas, también específicamente en inteligencia artificial, programación, big data y ese tipo de elementos van a ser muy importantes para la educación”, concluyó
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