Beatriz Marulanda, economista y consultora especializada en inclusión financiera, analizó, en entrevista en Mañanas Blu 10:30, con Camila Zuluaga, los efectos de la tasa de usura en Colombia. Marulanda afirmó que este mecanismo, lejos de cumplir con su objetivo, limita el acceso al crédito formal para las poblaciones más vulnerables, empujándolas a sistemas informales como los 'gota a gota'.
Colombia es uno de los pocos países en el mundo que todavía cuenta con una tasa de usura, un límite legal al interés que las entidades financieras pueden cobrar por los créditos. Sin embargo, Marulanda señaló que esta medida no protege a quienes debería:
La tasa de usura tenía una vocación supuestamente de proteger al más débil, pero no lo está logrando. El ejemplo del crédito informal lo demuestra. Las tasas que ofrecen los 'gota a gota' son exorbitantes, alcanzando hasta el 350 % efectivo anual, mientras que las entidades formales no pueden competir en ese espacio debido a las restricciones impuestas por la tasa de usura
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Marulanda resaltó que el cálculo actual de esta tasa no toma en cuenta las diferencias entre los tipos de crédito , lo que genera inconsistencias. “No tiene sentido que una tasa diseñada para créditos pequeños sea calculada en función de segmentos completamente distintos, como grandes préstamos empresariales o tarjetas de crédito”, afirmó.
El costo del crédito informal
El fenómeno del gota a gota ha proliferado en sectores informales donde el acceso al sistema financiero es limitado. Según Marulanda, esta situación se debe en gran parte a la falta de información crediticia sobre los potenciales prestatarios:
En el sector informal, las personas manejan todo en efectivo. Esto dificulta la evaluación de su capacidad de pago, lo que incrementa los costos operativos de los bancos para otorgar pequeños créditos. El resultado es que el sistema financiero formal termina excluyendo a quienes más lo necesitan
Además, la rapidez con la que los créditos informales son aprobados y entregados representa un desafío para las entidades formales, que no pueden competir en términos de agilidad debido a la burocracia y las regulaciones.
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¿Es viable eliminar la tasa de usura?
Aunque algunos expertos han sugerido eliminar la tasa de usura, Marulanda considera que el debate es complejo y debe abordarse con cautela. Una de las alternativas que propone es ajustar la metodología de cálculo y fortalecer los mecanismos de competencia en el sistema financiero.
Si no existiera la tasa de usura, las microfinancieras y bancos podrían ofrecer créditos a tasas más altas, pero aún muy por debajo de lo que cobra un prestamista informal. Esto les permitiría llegar a sectores vulnerables con opciones más viables y menos costosas que el 'gota a gota'
Además, subrayó la importancia de promover un mercado financiero más competitivo que facilite la inclusión de actores como las fintech, cuyo modelo de negocio se enfoca en atender a segmentos de la población tradicionalmente excluidos.
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