La integración entre Avianca y Viva ha sido una de las novelas empresariales de este siglo. Está en juego mucho dinero y el futuro de los cielos del país.
Los dos documentos más importantes a disposición para entender bien esta historia son la resolución de la Aerocivil 02473 y la 87164 de la Superintendencia de Industria y Comercio. La primera, del 4 de noviembre del 2022, objetó la solicitud de integración desintegrando los argumentos de Avianca y Viva, y la segunda, fue como se anticipó en Mañanas Blu, cuando Colombia está al aire, para abrir una investigación de oficio y formulación de pliego de cargos a estas aerolíneas por haberse integrado sin autorización de las autoridades y haber trabajado de manera coordinada para engañar a estas.
Mañanas Blu, cuando Colombia está al aire, tuvo acceso a la versión reservada de la resolución de la SIC, la cual detalla toda la estrategia contractual y comercial de ambas aerolíneas para simular independencia de las compañías, respecto a la normatividad y al régimen de competencia. Las pruebas y señalamientos de la SIC son delicados. En este artículo se revelan algunos de los hallazgos más importantes de la SIC y la Aerocivil:
Una integración tramposa:
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La manera como Viva y Avianca se integraron a escondidas y armaron toda una arquitectura contractual para engañar a las autoridades, como lo explicó La Silla Vacía hace una semana, lo detalla muy bien la SIC en su escrito.
EL ORIGEN
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Avianca compró en abril del 2022 el 10 % de los derechos económicos de Viva Air sin permiso de la autoridad competente (la Aerocivil), pero argumentaron que las empresas seguirían existiendo de manera separada y autónoma y, por eso no requerían permisos. Constituyeron para eso un patrimonio autónomo en el que Avianca no tenía los derechos políticos de Viva. Por ende, no tiene injerencia en sus estrategias comerciales y en las decisiones de la junta directiva.
Dicha independencia sería una pantomima o por lo menos así lo demuestra la SIC en su resolución. Después de la venta de sus derechos económicos a Avianca, Viva Air le otorgó sus derechos políticos a unas sociedades que fueron creadas únicamente para ese propósito: West Castle Limited y Southcastle Limited (radicadas en Reino Unido). Supuestamente estas sociedades estaban lejos de los alcances de Avianca. Sin embargo, Viva le otorgó poderes para gestionar estas sociedades a Howard Millar, José Luis Caballero y Enrique Antonio Luna.
Millar fue directivo de Viva Air y Luna y Caballero lo fueron de Avianca hasta pocos meses antes de finiquitarse la integración no informada. Es decir, las sociedades que adquirieron los derechos políticos de Viva, que fueron constituidos con un patrimonio de seis libras y no tenían ningún historial financiero previo a esta operación, serían controlados por exdirectivos y agentes de las compañías en cuestión. La independencia, según la SIC, no existiría, como tampoco una separación real entre derechos económicos y políticos.
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Profundizar una crisis y “vendérsela” a la opinión pública
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Viva Air, en su solicitud de integración el 8 de agosto de 2022 (cuatro meses después de la venta a Avianca de sus derechos económicos), toca la puerta de la Aerocivil argumentando que está en una grave crisis y solo la integración puede salvarla. Desde agosto hasta hoy esa ha sido la defensa de las aerolíneas.
La Aerocivil, en su objeción, argumentó que no se justificaba la figura de “empresa en crisis” porque Viva no logró demostrar que no tenía otro camino distinto al de la integración y tampoco intentó de manera genuina otras alternativas previas antes de unirse con Avianca. Por lo mismo, le pidió números, conversaciones con bancos, muestras de gestiones y pruebas para demostrar que, después de explorar otros caminos, la integración era “la única salvación”, Viva Air no pudo hacerlo. La Aerocivil fue contundente con eso.
De hecho, ambas aerolíneas diseñaron una estrategia para ir ahorcando con el tiempo a Viva Air e impedir que pudiera valerse de distintas opciones hasta el día de hoy. Esa figura es un derecho de veto que la SIC demuestra en la resolución que Avianca tiene sobre Viva para toda inyección de capital, venta de acciones y otros recursos que podrían mejorar su situación. De manera concreta, Avianca decide si acepta o rechaza ofertas y/o nuevas inversiones en Viva, lo que demostraría que la supuesta independencia, no existe.
Uno de los apartes más sorprendentes de la resolución de la SIC sobre la crisis financiera de Viva Air es un fragmento del acta de la junta directiva de Viva del 5 de agosto del 2022:
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La SIC dice en la página 52: “Viva Air seguía contando con estrategias y planes de negocio que le permitían seguir siendo una compañía viable económicamente. Sin embargo, Viva Air optó por seguir presentándose como una empresa en crisis con el fin de facilitar el proceso de autorización de la integración”.
Es decir, la misma junta habría admitido que había noticias y planes positivos que le ofrecían viabilidad económica a la empresa, pero que es importante “que la empresa aún debe presentar a las autoridades un escenario de defensa de la empresa en quiebra”. Para muchos, toda una puesta en escena.
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Otro elemento que ayudó a no lograr convencer a la Aerocivil en la primera solicitud de integración, es que Viva alertó que si la integración no se aceptaba antes de 60 días, la empresa desaparecería.
Transcurrieron casi 90 días desde la solicitud hasta la objeción y la empresa seguía en pie sin ninguna inyección nueva de capital. Incluso, 180 días después de la solicitud, la empresa sigue operando.
Estas son solo algunas de las pruebas de la SIC de un escrito de 63 páginas. Blu Radio irá revelando más detalles y apartes en los próximos días, pues está cerca a que se defina la suerte de estas aerolíneas.
La diferencia entre la versión reservada y la pública de estas resoluciones es que la pública no muestra teléfonos, nombres, mails, estados financieros e información que pueda considerarse sensible que sea de conocimiento público.
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La fusión política de Avianca y Viva tendría un gran impacto en el mercado colombiano. En tamaño son la primera y la tercera empresa aérea más grande del país, respectivamente. Juntas abarcarían el 60 por ciento del mercado doméstico, un 69 por ciento de los slots en el aeropuerto El Dorado y el 100 % de 22 de 72 rutas nacionales, como San Andrés-Bogotá, Armenia- Cartagena, Medellín-Pasto, Leticia-Cali, entre otras.
Hay que recordar, que si la SIC declara responsables a estas empresas de haber violado el régimen de libre competencia, las multas podrían ser de hasta 100 mil salarios mínimos, o hasta el 20% de los ingresos operacionales, o hasta el 20% del patrimonio de esas compañías. En conclusión, el monto que entre esos tres criterios resultara mayor para imponer la sanción.
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La ley permite que los investigados hagan un ofrecimiento de garantías con el fin de obtener la terminación anticipada de la investigación.
Avianca ofreció garantías y la SIC corrió traslado de las mismas a los terceros interesados (que son sus competidores) para que se pronuncien al respecto.
Las aerolíneas tienen hasta el día de mañana para pronunciarse. Vencido el término el despacho procederá a estudiar las garantías para que la Superintendente decida si las acepta o no.
Lo que se puede venir:
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Lo que muchos expertos opinan es que muy seguramente Viva y Avianca, por tener capital internacional, podrían terminar demandando a la nación por sus pérdidas. Según los expertos, esta tormenta perfecta, serviría de insumo para responsabilizar al estado de su crisis.
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Escuche aquí el informe y el análisis: