La controversia entre Estados Unidos y Colombia por la importación de leche en polvo ha abierto un nuevo capítulo, luego de que Jaime Castañeda, vicepresidente del Consejo de Exportación de Lácteos de EE. UU. (US Dairy Export Council) , afirmara que la investigación abierta por el Gobierno tiene motivaciones políticas, no técnicas.
En entrevista en Mañanas Blu, con Camila Zuluaga, Castañeda sostuvo que “esta investigación es por motivaciones políticas y no técnicas”. El ejecutivo argumenta que la leche en polvo importada “no compite con la leche fluida que va a los consumidores".
"La leche en polvo va a cosas como galletas y otras industrias que la necesitan”, subrayó Castañeda, destacando que el impacto real sobre el mercado de leche fluida local es mínimo.
Consecuencias comerciales para Colombia y el TLC
El vicepresidente también advirtió sobre posibles consecuencias negativas en la relación comercial entre ambos países, mencionando que esta investigación podría generar “una pequeña guerra comercial que va a afectar a muchísimos colombianos”.
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Aunque el directivo del US Dairy Export Council no cree que el Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Estados Unidos y Colombia esté en riesgo, sí expresa su preocupación por las repercusiones que la disputa pueda tener en el sector.
“Lo que está deseando la administración del presidente Petro es que suban los precios de la leche, lo que desean al final es que le suba el costo de la leche a toda la gente más humilde de Colombia”, comentó Jaime Castañeda.
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El TLC entre ambos países, vigente desde 2012, incluye disposiciones que permiten mayores cupos y menores aranceles para productos como la leche en polvo, un elemento que ha causado preocupación en el Gobierno colombiano.
Se proyecta que a partir de 2026, la leche en polvo estadounidense podrá ingresar a Colombia con arancel cero, situación que el Gobierno de Gustavo Petro busca reevaluar mediante esta investigación.
Respuesta de Estados Unidos
La investigación del gobierno colombiano generó una respuesta inmediata y contundente por parte de los productores de lácteos estadounidenses. El 9 de agosto, líderes de la industria enviaron una carta al secretario de Agricultura de EE. UU., Tom Vilsack, y a la representante comercial de Estados Unidos, Katherine Tai, solicitando su respaldo contra las acusaciones colombianas.
En el documento, Krista Harden, presidenta y directora ejecutiva del Consejo de Exportación de Lácteos de EE. UU., y Gregg Doud, presidente de la Federación Nacional de Productores de Leche, niegan que los bajos precios de exportación se deban a subvenciones gubernamentales, argumentando que la crisis del sector lácteo colombiano no es consecuencia de sus operaciones.
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El asunto también ha captado la atención de congresistas estadounidenses. El mismo día de la carta de los productores, una misiva firmada por los congresistas Jimy Panetta y Jim Costa, del Partido Demócrata, junto con Adrian Smith y Dusty Johnson, del Partido Republicano, llegó a la Embajada de Colombia en Washington.
Los legisladores expresaron su “profunda preocupación” por la decisión del gobierno colombiano y exhortaron al Ministerio a reconsiderar la investigación, defendiendo los intereses de “miles de productores, procesadores y exportadores de lácteos estadounidenses”.
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