La reciente crisis diplomática entre Colombia y Estados Unidos, desencadenada por el rechazo de vuelos con deportados desde Estados Unidos y la consecuente amenaza del expresidente Donald Trump de imponer aranceles del 25 % a productos colombianos, encendió las alarmas en ambos países. En entrevista con Mañanas Blu, la exministra de Comercio, Industria y Turismo y actual presidenta de la Cámara de Comercio Colombo-Americana (AmCham), María Claudia Lacouture, analizó las consecuencias que pudo haber tenido esta situación y las lecciones que deja para el comercio bilateral.
Impacto del comercio bilateral entre Colombia y Estados Unidos
Según datos del Observatorio de Complejidad Económica (OEC), los productos más importantes que Colombia exporta a Estados Unidos incluyen petróleo crudo, café y flores. En 2022, el petróleo crudo lideró las exportaciones, alcanzando los 6.050 millones de dólares, seguido por el café, con 1.780 millones de dólares, y las flores, con 1.640 millones. Estos tres productos representaron cerca del 60 % del total de las exportaciones colombianas hacia ese mercado.
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Al respecto, Lacouture enfatizó: “Estamos hablando de una relación comercial que no solo beneficia a las empresas, sino también al ingreso y empleo de miles de colombianos. Un golpe arancelario habría tenido consecuencias directas sobre el PIB nacional, que depende en un 37 % de los intercambios con Estados Unidos”.
Además, destacó que el país norteamericano es el principal emisor de turistas hacia Colombia, con más de 1 millón de visitantes al año, quienes generan un impacto significativo en la economía local.
Aranceles: una amenaza al empleo y la competitividad
La presidenta de AmCham explicó que la imposición de aranceles hubiera afectado particularmente a sectores como el floricultor, donde el 79 % de las exportaciones están dirigidas al mercado estadounidense. Este sector genera más de 200.000 empleos en Colombia, muchos de ellos para madres cabeza de familia. “San Valentín, que es una fecha clave para las flores colombianas, pudo haberse convertido en un desastre económico si los aranceles se hubieran aplicado. Afortunadamente, las gestiones diplomáticas evitaron este escenario”, señaló.
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Por otro lado, el café y el petróleo, pilares de las exportaciones colombianas, también habrían enfrentado costos adicionales que, según Lacouture, habrían sido trasladados al consumidor estadounidense, encareciendo estos productos y disminuyendo su competitividad frente a otros mercados.
¿Es reemplazable el mercado de Estados Unidos?
En medio de la tensión diplomática, el presidente Gustavo Petro sugirió que Colombia podría “abrirse a otras economías” en caso de un distanciamiento con Estados Unidos. No obstante, Lacouture enfatizó las ventajas estratégicas del comercio con este país: “Es un mercado cercano, con más de 200 años de relaciones comerciales, y donde 1.500 productos colombianos ingresan con aranceles del 0 %. Reemplazarlo no sería tan sencillo”.
Si bien explorar nuevas alianzas comerciales es importante, Lacouture insistió en que los acuerdos existentes, como el Tratado de Libre Comercio (TLC), ofrecen estabilidad y beneficios que no pueden replicarse fácilmente en otras regiones.
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Diplomacia y pragmatismo: las claves para superar la crisis
La crisis, aunque breve, dejó importantes lecciones sobre la necesidad de una política exterior pragmática y basada en el diálogo. Lacouture reconoció el trabajo conjunto de empresarios y diplomáticos para preservar la relación comercial entre ambos países: “Lo que se logró fue demostrar que Colombia es más que las tensiones entre presidentes. Hay un trabajo sólido y continuo que fortalece los vínculos económicos y sociales con Estados Unidos”.
Finalmente, subrayó que el acuerdo comercial vigente proporciona mecanismos para resolver conflictos y salvaguardar los intereses de ambos países. “De eso fue, afortunadamente, de lo que nos salvamos. La estabilidad jurídica y los beneficios del TLC no se pueden poner en riesgo por tensiones coyunturales”.
Las flores colombianas al borde del colapso
El reciente conflicto diplomático entre Colombia y Estados Unidos puso en riesgo a sectores clave de la economía nacional, particularmente a la industria floricultora. Las amenazas de imponer aranceles del 25 % a productos colombianos, incluyendo las flores, encendieron las alarmas en un momento crucial para los floricultores: la temporada de exportaciones por San Valentín. Augusto Solano, presidente de Asocolflores , describió la situación como una "pesadilla" que pudo haber generado un impacto catastrófico para el sector.
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El peso de las flores en la economía colombiana
El mercado estadounidense es el destino principal de las flores colombianas, con un 80 % de las exportaciones dirigidas a ese país. Según cifras de Asocolflores, el año pasado las ventas al mercado norteamericano alcanzaron los 1.840 millones de dólares. Además, esta industria genera 200.000 empleos directos e indirectos, donde la mayoría de los trabajadores son mujeres cabeza de familia.
Para Solano, las amenazas de aranceles llegaron en el peor momento posible: “Estas ventas de San Valentín representan el 18 % de las ventas anuales. Si Trump hubiese cumplido su promesa, la industria habría colapsado. Los importadores en EE. UU. no tienen la liquidez para pagar esos aranceles, y algunos despachos se habrían cancelado”.
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Además, explicó que la operación logística durante esta temporada es de gran magnitud, con alrededor de 40 vuelos diarios de carga dedicados exclusivamente al transporte de flores y más de 1.800 camiones movilizándose en el aeropuerto El Dorado de Bogotá.