El Villarreal y el Real Madrid empataron a un gol en La Cerámica tras un encuentro muy trabajado por parte de ambos conjuntos, en el que los visitantes se adelantaron con un temprano gol de Mariano que nivelaron los locales en una gran segunda parte, en la que Gerard, de penalti, puso las tablas en el marcador.
El primer tiempo fue muy bien controlado por el Real Madrid, que a su gol inicial sumó un importante trabajo colectivo que minimizó el poderío ofensivo del Villarreal, que sí se vio en la segunda parte, en la que los castellonenses lograron empatar y pudieron incluso ganar.
No pudo empezar mejor el partido que para un mermado Real Madrid por las bajas, ya que en su primera aproximación al área rival, se adelantaba en el marcador. Mariano, que retornaba a la titularidad año y medio después, cabeceaba a gol un templado centro de Carvajal.
El encuentro suponía una prueba importante para el Villarreal, ya que su magnífico arranque de temporada debía refrendarlo ante uno de los grandes del campeonato español. Sin embargo, los castellonenses no ofrecieron el buen juego habitual, con un Manu Trigueros que apenas tuvo contacto con el balón y ante el buen trabajo defensivo del Real Madrid.
Una línea de presión muy alta de los madridistas restaba fluidez a la salida del cuadro local, al que le faltó rapidez en sus combinaciones para poder poner en problemas a un rival muy ordenado y disciplinado en defensa. Tan solo en una ocasión, a los 20 minutos de juego, consiguió el Villarreal poner en apuros a Courtois, tras un buen centro de Gerard que cabeceó alto Parejo.
El Real Madrid controlaba el partido sin problemas aunque le faltó una mayor mordiente ofensiva para tratar de buscar un segundo gol mientras los minutos seguían cayendo sin sobresaltos hasta el alcanzar el descanso.
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En la reanudación, el Villarreal buscó un mayor protagonismo. Parejo y Trigueros tuvieron más presencia y el equipo lo notó. Con una presión muy adelantada, los de Emery pudieron lograr la igualada tras una recuperación muy alta del Villarreal y Gerard perdonó el empate con un remate excesivamente cruzado desde el pico del área pequeña.
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El técnico vasco buscó sacudir el partido con un triple cambio en el que dio entrada a futbolistas muy verticales en su juego como Chukwueze, Estupiñán y Yeremi, reubicando a Gerard como ariete; mientras que Zidane respondía dando entrada a Isco y Vinicius.
El Villarreal, con renovada velocidad por las bandas, revolucionó el partido. De nuevo la tuvo Parejo, que trató de amarrar el remate con un disparo con el interior que lanzó fuera con todo a su favor para empatar. La conexión entre Estupiñán y Chukwueze acabó con el nigeriano derribado por Courtois y Gerard anotó la pena máxima para firmar un merecido empate con quince minutos por delante.
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El encuentro entró en efervescencia con un Villarreal volcado que encontró en Estupiñán un puñal por banda en busca de la victoria, aunque el Real Madrid tampoco renunció a nada de la mano de un excelso Modric. En la prolongación Kubo pudo tumbar al Real Madrid, pero Nacho evitó que la genialidad del japonés decidiera el choque.