Ronald Eduardo Grueso es un deportista del Valle del Cauca que no ha tenido un camino fácil pese a que solo tiene 19 años. Hoy, sin embargo, es historia de superación y ejemplo, pues de labrar la tierra en su natal López de Micáy, pasó a disputar medallas en los primeros Juegos Panamericanos Junior que se disputan actualmente en Cali .
"De niño solo trabajaba con mi mamá: trozaba caña y sembraba todos los cultivos del monte", cuenta Ronald, quien no se avergüenza de su origen en López de Micay, un pueblo que es considerado desde 2019 como el más lluvioso del mundo, que se ubica en la selva tropical colombiana y del que únicamente puede salirse en lancha hacia Buenaventura o en pequeños aviones desde su humilde aeropuerto.
Su llegada al lanzamiento de disco se dio más por azar que por decisión propia, según relata el propio Ronald: "Cuando tenía 15 años me mandaron a Buenaventura donde un primo a estudiar décimo y once, estando allí jugué un año baloncesto, se me daba bien. Un día fuimos a un trabajo en una pista y una profesora me dijo porque no practicas los lanzamientos, pareces fuerte", cuenta.
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En su camino como promesa del deporte, a lo largo del cual ha conseguido reconocimientos nacionales y algunas figuraciones internacionales, Ronald, quien ha sido víctima de la violencia y el desplazamiento, siempre ha contado con el apoyo de su madre, su entrenador, un primo y una tía, Nora, quien lo describe como "una motivación para los jóvenes".
Ahora, mientras entrena para lograr medalla en los Juegos Panamericanos Junior, envía un mensaje a los jóvenes del país: "Oportunidades siempre va a haber, aunque sean pocas. Hay que tener mucha disciplina, autocontrol y aprovechar la pequeña oportunidad que aparece de vez en cuando en el país.
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