En diciembre de 2017 un giro inesperado sorprendió a la familia del futbolista santandereano Sherman Cárdenas. En plenas fiestas de fin de año, su esposa, Angélica Pico, notó que su hija Shenoa de 7 años empezó a comportarse diferente: de un momento a otro perdió su sonrisa. Dejó de jugar, de bailar y hasta se olvidó de los deportes.
Preocupada por el comportamiento de la pequeña, Angélica la llevó a un laboratorio en Bucaramanga para que le realizaran exámenes médicos que le ayudaran a descubrir por qué la niña cambió de manera inesperada.
La familia del jugador había planeado recibir el año nuevo en Colombia y regresar en enero a Ecuador, debido a que Sherman tenía que retomar entrenamientos con el club Liga de Quito, equipo al que había llegado tras jugar en Brasil.
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Pero los planes cambiaron el 10 de enero de 2018. Ese día la esposa del futbolista corroboró que sus sospechas eran ciertas: su hija padecía leucemia.
Así lo confirmaron los médicos de la clínica San Luis, lugar en el que Shenoa ha sido tratada. Luego de que a la niña la diagnosticaran, la familia cambió sus prioridades y se despidió de su nueva vida en Ecuador; aseguran que estaban dispuestos a hacer lo necesario para que se recuperara.
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El club Atlético Bucaramanga fue solidario con Sherman y le ofreció un acuerdo para que jugara en el equipo sin alejarse de su hija.
Los primeros tres meses, después del diagnóstico de la enfermedad, fueron los más duros. Mientras Angélica cuidaba día y noche a Shenoa, Sherman se concentraba en entrenar duro para no defraudar a la hinchada del equipo en el que debutó como futbolista.
Angélica Pico asegura que la enfermedad de su pequeña la llenó de fortaleza y la enseñó a apreciar cada momento de la vida. A través de su perfil de Instagram, en el que tiene más de 38.000 seguidores, busca generar conciencia en las personas para que comprendan la importancia de donar sangre.
Esta madre, que lucha por la salud de su hija, manifiesta que el cáncer no les ganará la guerra, sin importar los sacrificios que tengan que hacer para mantener a la pequeña alegrando sus días.
Entre tanto, Shenoa Cárdenas mejora día a día gracias al apoyo incansable de su familia y la ayuda del equipo médico de la clínica San Luis, donde la reconocen por sus inigualables carcajadas y la energía con que sale de cada quimioterapia.
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