Con un gol acrobático, de esos que ha conseguido que no sorprendan viniendo de él, Giroud rescató este sábadolos tres puntos del Milan ante el Spezia (2-1) en San Siro tras la gran puesta en escena de su propio equipo, que se alza al segundo puesto a seis del líder, el Nápoles.
Se esta acostumbrando el Milan a decidir en los minutos finales, incapaz de ser decisivo de cara a puerta, desaprovechando su superioridad y multitud de ocasiones que manda al limbo, algo que la pasada jornada ya le pasó factura y que esta vez estuvo cerca.
Fue un carrusel de ocasiones para los locales, que de nuevo tuvieron problemas para materializar, una crisis goleadora que coincide con la propia de Leao, su estrella en la ofensiva, con muchos más problemas de los habituales de cara a puerta. Eso sí, el larguero fue un enemigo más para los locales, que vieron cómo Krunic envió una volea directa al larguero y cómo en el rechace Brahim remató con la testa pero Dragowski salvó bajo palos.
Pero si no es Leao, es Theo el que genera el peligro por la banda izquierda. El lateral galo no tiene reparos a la hora de incorporarse y es una de las soluciones principales de Pioli cuando el partido esta atascado. Este vez no fue diferente, y Theo acabó con la resistencia visitante en el minuto 21 tras hacer buena la precisa asistencia de un omnipresente Bennacer.
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El tanto subió al marcador con suspense, tras seis largos minutos de revisión del VAR por posible fuera de juego. El Milán continuó con su mandato general, pero las ocasiones seguían sin acabar en gol. Leao se topó con el segundo larguero de la noche y entre la zaga y Dragowski, con rebotes de por medio, salvaron bajo palos el remate de Krunic en el rechace.
El partido estaba entrando en una dinámica peligrosa para los locales, en la que con el paso de los minutos se fueron relajando y el Spezia, con muy poco, conseguía hacer daño. El partido no estaba cerrado y apunto estuvo Nzola de igualar la contienda, pero el partido tenía una sorpresa diferente guardada para la segunda mitad.
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Y es que el destino proveé muchas veces de episodios especiales, y los campos de fútbol suelen ser un escenario muy dado a acogerlos. En este caso el protagonista fue el apellido Maldini, ese que ha vestido durante tres generaciones la camiseta 'rossonera'.
Paolo Maldini es el actual director deportivo del Milan, y pudo comprobar con sus propios ojos como su hijo Daniel, cedido en el Spezia, volvía a San Siro para enfrentarse a su equipo. Hay que remontarse 55 años para ver el último Maldini que se enfrentó al Milan: fue su abuelo Cesaro, con la camiseta del Torino en el 1967.
Era su ocasión de demostrar que está preparado para vestir la camiseta del actual campeón de Italia y no falló, rubricando un golazo desde fuera del área que no celebró. Tuvo que esperar su oportunidad en un escenario como San Siro, en una de las pocas ocasiones de las que gozó un Spezia que, por otra parte, cumplió con su papel y estuvo muy cerca de obtener su recompensa.
Despejaron todo lo que pudieron, y lo que no pudieron despejar lo hizo el VAR, anulando el gol de Tonali en el 65. El problema llegó en el 89, cuando apareció otra vez Tonali y se inventó una asistencia a la altura de muy pocos para que Giroud hiciera lo propio con un remate a la suya propia, una tijera que acabó dando una de las victorias más importantes para el Milan, que se coloca segundo a seis puntos del líder.
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