Cuando un futbolista es expulsado por una tarjeta roja directa o por acumulación de amarillas, durante un encuentro oficial, recibe una dura sanción económica y, de acuerdo con las reglas, se pierde también uno o más partidos por la suspensión que esto conlleva.
En Colombia, por ejemplo, una tarjeta roja o amarilla, según la gravedad de la falta, está entre los 259.000 pesos y los 520.000, aproximadamente. Esto, cabe recalcar, de pende de la infracción que cometa el jugador porque puede ser un precio aún mayor si es una conducta antideportiva.
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Pero, ¿quién es realmente el que paga esa suma?
Según el código disciplinario de la Federación Colombiana de Fútbol (FCF), la amonestación es puesta directamente sobre el jugador, pero la multa no la debe costear él mismo.
De acuerdo con explicación de la árbitra Elisa Johanna Chaparro, quien hace parte del equipo de comentaristas de Blog Deportivo de Blu Radio como asesora arbitral, “generalmente la paga el club”.
Sin embargo, hay algunas excepciones. Según comentó, “cuando no son justificadas o buscadas por el jugador, se las descuentan a él” directamente.
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Es importante mencionar que estas amonestaciones van de los seis a los 12 salarios mínimos diarios legales vigentes. Además de una a tres o más fechas de suspensión.
¿Qué pasa si el futbolista o el club no paga la multa?
Según estipula el código disciplinario la FCF en el artículo 20, los clubes o personas que hayan sido multados deberán “cancelar el valor correspondiente” en un plazo máximo de 20 días a partir de la fecha de notificación de la sanción.
De no hacerlo, según añade la normal, recibirán un castigo mayor que involucra, incluso, los puntos ganados en el campeonato actual, lo cual perjudicaría al equipo también.
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Además, el futbolista sancionado quedará inhabilitado para jugar en las fechas subsiguientes. Si el caso es por una sanción al club por alguna regla incumplida, “será sancionado con deducción de puntos de los obtenidos en el campeonato en curso o del siguiente”.
Expulsiones: estas son las razones del árbitro
Son muchos los casos para que un árbitro decida expulsar a un jugador con cartulina roja inmediata, dentro de los que están, por ejemplo, impedir con “mano intencionada” un gol o malograr una oportunidad manifiesta de gol.
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También por “malograr la oportunidad manifiesta de gol” de un rival que se dirige hacia el arco, cometiendo una falta. Si es en el área, se sancionará con un penal o tiro libre.