Goleador insaciable, capitán con 35 títulos e interminables récords, seis veces ganador del Balón de Oro... Lionel Messi, que encarnó lo mejor del Barcelona, abandona el club tras una vida en el Barça dando fin a toda una era de fútbol azulgrana.
Tras mantener la incertidumbre durante toda la pasada temporada y cuando parecía que todo se encaminaba a mantener el idilio entre Barça e ídolo, "obstáculos económicos y estructurales" llevaron este jueves a la salida de la 'Pulga' del club su vida.
Messi había sacudido los cimientos del barcelonismo con su amago de salida hace casi un año, pero una nueva Copa del Rey, un cambio en la presidencia del club y una línea ascendente en su juego la pasada temporada, le llevaron a cambiar de opinión.
Pero, "a pesar de haberse llegado a un acuerdo entre el FC Barcelona y Leo Messi", la tensionada economía del club y las estrictas normas financieras de LaLiga en cuanto a límites salariales, han empujado al fin de la era Messi.
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En 121 años de existencia del club blaugrana, quizás solo Johan Cruyff, también Balón de Oro, pueda equiparase a lo que representa Messi para el club catalán.
A sus 33 años, Messi quizás ya no tiene la energía que le hacía superar a los defensas como si fueran conos en todos los campos de España y Europa, pero el menudo atacante sigue siendo, sin embargo, una máquina de regatear y de marcar.
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Un récord tras otro
La prueba: esta temporada acumuló su octavo trofeo Pichichi al mejor goleador de LaLiga con 30 tantos, el quinto de forma consecutiva, para seguir sumando récords.
Es, de lejos, el máximo goleador de la historia del Barça (709 goles en 836 partidos), el máximo goleador de la historia de la Liga, el máximo anotador en un año natural (91 en 2012) y el jugador que ha ganado más títulos con el Barcelona, 35 en total, incluidas cuatro 'Champions' (2006, 2009, 2011, 2015).
La 'Pulga' también ha cosechado seis Balones de Oro, más que Cristiano Ronaldo (5), Cruyff, Michel Platini o Marco Van Basten (3).
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Su palmarés es insuperable, individual y colectivamente después de alcanzar, por fin, en junio pasado, la gloria con su selección al ganar la Copa América, su primer gran título con la Albiceleste.
Hasta entonces, el campeón olímpico en 2008 había alcanzado las finales del Mundial-2014 y de la Copa América en 2007, 2015 y 2016.
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En Barcelona, desde el debut profesional de 'Leo' en 2004, el equipo se encomendó por completo al pequeño prodigio llegado en 2000 con 13 años procedente de Rosario.
Y con el paso de los años, el FC Barcelona ha visto como su juego se agarraba a la "Messidependencia", que tendrá ahora que aprender a superar.
"La 'Messidependencia' no me da demasiada urticaria. En cualquier equipo Messi influiría en el estilo de juego", ironizaba en 2018 Ernesto Valverde, por entonces entrenador del Barça.
Messi capitán
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A medida que su rendimiento impulsaba al equipo, Messi también fue ganando peso en el vestuario hasta convertirse en capitán en 2018, tras las sucesivas salidas de figuras como Xavi Hernández y Andrés Iniesta.
Y el callado '10' azulgrana, también empezó a levantar la voz cuando fue necesario asumiendo su nuevo rol.
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En febrero de 2020, Messi pidió a Eric Abidal, director deportivo del club en ese momento, "asumir sus decisiones" y "dar nombres", después que el francés responsabilizara a los jugadores del despido de Valverde.
Unas intervenciones que rompían con su proverbial timidez, que le ha valido tener una imagen relativamente menos mediática que la de su gran competidor, Cristiano Ronaldo.
Cuando el planeta fútbol descubrió a Messi, le conmovió la suerte de este chico que, según la versión establecida, tuvo problemas de crecimiento y dejó Rosario para encontrar en Barcelona un club que financió su tratamiento médico.
Esta imagen positiva no ha cambiado, pese a su condena a 21 meses de prisión (que no tuvo que cumplir) y 2,1 millones de euros (2,49 millones de dólares) de multa impuesta por la Corte Suprema española en 2017 por fraude fiscal.
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Una condena que llegó unas semanas antes de su boda con Antonella, amiga de la infancia y ahora madre de sus tres hijos (Thiago, Mateo y Ciro).
Residente en Castelldefels, una localidad a las afueras de Barcelona, Messi encontró un equilibrio familiar y profesional en la capital catalana, que ahora abandonará ahora hacia un destino todavía desconocido.