El Real Madrid certificó este sábado, con cuatro jornadas aún por delante y gracias a su triunfo frente al Espanyol (4-0), la consecución del 35º título de Liga del equipo presidido por Florentino Pérez.
Un encuentro en el que los del italiano Carlo Ancelotti necesitaban sumar al menos un punto, pero que ya el brasileño Rodrygo Goes, con un doblete, en los minutos 34 y 43 de partido, se encargó de encarrilar en la primera mitad.
El español Marco Asensio, en un contragolpe comandado por el galo Eduardo Camavinga, se encargó de hacer el 3-0 en el minuto 55. Ya en el m.81, la pareja más letal de LaLiga Santander, aunque ambos partieron del banquillo, finiquitaron el marcador con el tanto del galo Karim Benzema a pase de Vinicius Junior.
La superioridad mostrada por el Real Madrid en LaLiga no merecía despistes innecesarios ni cambios de fecha a un alirón temprano. Carlo Ancelotti firmó el objetivo de su regreso, vencedor de las cinco grandes Ligas. Campeón con cuatro jornadas por disputarse. Dominador absoluto de una Liga en la que no encontró rival que le aguantase el ritmo. El Barça dimitió pronto, el Atlético de Madrid, que defendía corona, dejó de ser fiable y al Sevilla le faltó, un año más, ese paso clave para creérselo y pelear hasta el final.
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El panorama, con el Manchester City a la vuelta de la esquina, se prestó a las rotaciones masivas de Ancelotti. A la vuelta de semifinales debe llegar con el descanso que no se puede permitir un rival que se juega la Premier. Tan solo tres titulares, quizás cuatro tras la exhibición de Rodrygo, jugaron de inicio, con Courtois en portería, el regreso de Casemiro de central por los problemas defensivos y la presencia sorprendente de Luka Modric.
Pero es que gran parte del fútbol madridista pasa por las botas del mago croata, que cuando el partido adquiría ritmo de pretemporada, inventaba un pase con aroma de gol que perdonaba Mariano o un toque al espacio que levantaba al Bernabéu.
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Quedó demostrado que nadie puede ocupar el hueco de Benzema en la plantilla. Perdonó tres Mariano en el primer acto, estrellándose con el poste en la ocasión que más cerca estuvo del gol. Había falta de tensión competitiva y la aprovechó el Espanyol para tener posesión pero sin generar peligro. Solo De Tomás lleva el gol en la mente, pero no superó a Courtois en la que enganchó.
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