El 'Flu', que venía de tres derrotas seguidas en el Campeonato Brasileño, hizo poco por merecer el gol en el primer tiempo.
Salió excesivamente tímido para jugar en casa. Lentos en la transición y más preocupados en achicar espacios, a los hombres de Roger Machado les costó horrores llegar al área rival.
Sólo los chispazos de Cazares desatascaron al equipo carioca. Y por ahí llegó la primera sorpresa de la noche.
El creativo ecuatoriano cobró una falta en el costado, aparentemente inofensiva, pero muy bien golpeada, y un error de comunicación entre Burrai y Riveros hizo el resto.
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El portero argentino fue a despejar, pero en vez de eso chocó con el defensa paraguayo. El balón pasó entre los dos y sobró para Teixeira, que sólo tuvo que empujarla en el segundo palo para marcar.
El Barcelona acusó en el golpe en exceso. Su primera finalización sólo llegó en el minuto 33 en una jugada de estrategia que acabó en el fondo de la portería de Marcos Felipe, si bien el remate de Mastriani acabó siendo anulado por fuera de juego.
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En la segunda mitad, el Fluminense dio un paso al frente. Mordió más y rondó el segundo ante un Barcelona que poco o nada se parecía al del primer tiempo.
A punto estuvo de aumentar la ventaja en un contragolpe que inició Cazares, condujo Teixeira y por milímetros no remató de cabeza Fred.
Al técnico Bustos no le gustó el percal e introdujo un par de cambios en busca de una reacción que llegaría a los pocos minutos.
Emmanuel Martínez avanzó sólo por el flanco izquierdo y puso un centro templado al corazón del área, donde Adonis Preciado, que acababa de entrar en sustitución de Perlaza, se elevó más que nadie y cabeceó picado.
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Marcos Felipe llegó a tocar el balón sin evitar que se colara en su portería. Gol en el mejor momento del 'Flu'.
A partir de ahí los dos equipos fueron a tumba abierta en busca de la victoria. El árbitro intentó poner freno a ese ímpetu y se vio obligado a expulsar por doble amarilla a Martínez por una entrada fea sobre Samuel Xavier.
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En ese intercambio de golpes, Nino derribó a Garcés dentro del área y el colegiado venezolano marcó penalti. Cortez no falló y consumó la remontada.
Todo parecía decidido, pero entonces Castillo atropelló a Hernández y Fred, con nervios de acero, puso desde el punto de penalti un 2-2 que sabe a gloria para los brasileños.