La FIFA afirmó este jueves que no reconocería una eventual Superliga europea y que vetaría de sus propias competiciones a todo jugador o club que participe en el proyecto, que gana fuerza en la prensa en los últimos tiempos.
Reaccionando a las "especulaciones mediáticas" sobre la posible creación de una competición cerrada y muy lucrativa para los grandes clubes europeos, la instancia mundial y las seis confederaciones continentales (AFC, CAF, Concacaf, Conmebol, OFC y UEFA) hicieron una declaración común para asegurar que un torneo así "no sería reconocido ni por la FIFA ni por las confederaciones".
La hostilidad de la UEFA a una Superliga europea es conocida desde hace mucho tiempo, por la amenaza que supone para su Liga de Campeones, pero la FIFA parecía desinteresada en el asunto, asegurando que se concentraba sobre todo en la reforma de su Mundial de Clubes.
La gran novedad ahora es esta contraofensiva lanzada de manera conjunta por las principales organizaciones internacionales del fútbol.
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"Todo club o jugador implicado en una competición vería como consecuencia la prohibición a participar en toda competición organizada por la FIFA o las confederaciones", escribieron las organizaciones, en una iniciativa común inédita en este asunto.
¿Amenazas legales?
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Pero esta amenaza podría ser contraria "al derecho europeo de la competencia", declaró a la AFP Antoine Duval, especialista en derecho deportivo en el Instituto Asser de La Haya, lo que podría desembocar en una "batalla jurídica".
Para castigar a los deportistas que participen en otro torneo de la competencia, las instancias del fútbol deberían invocar un objetivo "legítimo" como la protección de su calendario o su modelo de solidaridad y de redistribución financiera y que las sanciones sean consideradas "proporcionadas" por la Comisión Europea, estimó el jurista.
Los rumores sobre una Superliga surgen y desaparecen desde hace tiempo. A finales de octubre volvieron a la actualidad cuando el entonces presidente del FC Barcelona, Josep María Bartomeu, había anunciado que el club catalán aceptaba participar en el proyecto.
Según varios medios europeos, esta competición podría contar con una quincena de equipos de los principales campeonatos, con unos play-off a final de temporada, siguiendo el modelo de las ligas profesionales norteamericanas (NBA, NFL y MLS).
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Además del Barcelona, Real Madrid y Manchester United son citados regularmente como los promotores principales del proyecto. En base a un documento de trabajo, el diario británico The Times informó este jueves que en esa Superliga podrían participar hasta seis clubes ingleses, que podrían recibir 310 millones de libras (350 millones de euros) cada uno.
¿Un farol?
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Más hipotética parecería la presencia del Bayern Múnich o el Borussia Dortmund, o incluso de la Juventus y el París Saint-Germain, cuyos presidentes son cercanos a las instancias europeas.
Informaciones de prensa habían aludido a un apoyo de la FIFA, que habría representado una declaración de guerra a la UEFA, la más potente de sus seis confederaciones.
"Todas las competiciones deben ser organizadas o reconocidas por las instancias pertinentes en su nivel respectivo, por la FIFA a nivel mundial y por las confederaciones en el continental", afirman las organizaciones.
Refuerzo al Mundial de Clubes
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"En este punto, las confederaciones reconocen el Mundial de Clubes de la FIFA como la única competición de clubes mundial, mientras que la FIFA reconoce las competiciones de clubes organizadas por las confederaciones como los únicos torneos de clubes continentales", añade el texto, condenando todo otro proyecto.
Los firmantes del comunicado reafirman por otra parte que "la participación en las competiciones mundiales o continentales debe ganarse siempre sobre el terreno de juego", por lo que ello resulta incompatible con el principio de una liga cerrada.
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Además de las críticas sobre la filosofía de una Superliga cerrada, que enriquecería más a los clubes más adinerados y aumentaría enormemente las diferencias en Europa, varios actores relevantes del fútbol dudan sobre la seriedad del proyecto.
La amenaza de una liga cerrada tiende además a resurgir en cada renegociación con la UEFA sobre los derechos de televisión y del formato de la Liga de Campeones, unos aspectos sobre los que se trabaja actualmente para diseñar el campeonato en su etapa posterior a 2024.