El hombre está sujeto a una orden de riesgo sexual que fue impuesta en diciembre y que se le aplicó por considerársele un individuo que podría incurrir en cometer un delito sexual y fue exculpado en 2015 en un nuevo juicio tras haber alegado que una supuesta víctima había dado su consentimiento de mantener relaciones íntimas con él.
La orden provisional que mantiene, inicialmente se le imputó en diciembre y ha sido extendida por cuatro meses por jueces de York, pero debe esperar hasta a una audiencia judicial en mayo que decida si esta orden provisional se convertirá en una decisión permanente, que se aplicaría por un periodo mínimo de dos años pero que podría extenderse indefinidamente.
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La orden obliga a que el hombre diga los detalles de cualquier mujer incluyendo su nombre, dirección y fecha de nacimiento.
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También establece restricciones en el uso que puede hacer de internet, teléfonos celulares y exige que informe a la policía acerca de cualquier cambio de residencia.
Las órdenes de riesgo sexual fueron instituidas en Inglaterra y Gales en marzo de 2015 y son medidas de carácter civil impuestas por jueces a solicitud de la policía.
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Pueden ser aplicadas a cualquier individuo que, según la policía, represente un riesgo de delito sexual, incluso si nunca ha sido condenado por un crimen.