La entrada al estadio Hard Rock de Miami se convirtió en un completo caos cuando la seguridad se vio superada y la logística de la gran final de la Copa América no pudo contener a los miles de aficionados que ingresaron, en su mayoría, sin boleta . Uno de los colombianos que presenció este desorden fue el presidente de la aplicación Platzi, Fredy Vega, quien pudo ver el partido entre Colombia y Argentina, pero que no fue ajeno a varios de los hechos que se denunciaron este domingo.
En diálogo con Mañanas Blu, con Néstor Morales, contó que, aunque la experiencia de vivir una gran final es única, bonita y muy divertida, los momentos antes fueron solo desorden porque, horas antes, “no había ningún tipo de logística” a los alrededores, como sí lo hubo en otros partidos a los que asistió en esta edición de la Copa América. Esto, sumado a las altas temperaturas que se registraron allí, lo que afectó a muchas personas que también estaban intentando ingresar.
“Había muchas personas con ticket, pero también personas que fueron tratando de entrar sin ticket. Lo que pasó es que, al inicio, en la llegada del Hard Rock, no había logística de ningún tipo. Yo estuve en el partido de Charlotte y no pasó nada de esto (…) Ante la ausencia logística, mucha gente fue al estadio para ver el partido desde afuera, que eso pasa, creo yo, en todos los partidos, de todas las cosas, la gente va para tratar de ver cosas de afuera y había pantallas gigantes en la parte de afuera del estadio. Yo llegué como una hora antes, me demoré como una hora en llegar a la entrada del South West Gate, que es donde estaba entrando y en ningún momento había policía o logística o empleados de nada”, relató Vega.
Incluso, recordó que en los puntos de entrada nunca le pidieron mostrar sus respectivas entradas, pero a unos de sus amigos sí. Este no era el único filtro fallido, pues mencionó que ni siquiera los detectores de metales estaban activados. En ese sentido, dijo que lo que sí vio fue a policías con bolillos pegándole a los aficionados que atrapaban. Por eso, precisó que, aunque la situación después se normalizó, pudo ocurrir una estampida grave, pues había familia con niños y demás en los varios accesos.
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“Estábamos todos muy empacados, gente desmayándose y todo el cuento y, lo que pasó fue que la gente del estadio cerró con candado las puertas. Había varios niños a mi alrededor, dos señoras se empiezan a desmayar, gente gritando y todo lo demás, gritando, pero en un relativo orden. O sea, nadie se estaba matando con nadie. Ojo, yo estoy contando de mi experiencia. Yo no puedo declararme la experiencia de todo un estadio entero, pero en mi experiencia lo que terminó pasando es que la gente empezó a tratar de ayudar a otras personas por el hecho de que se estaban desmayando y en algún punto hubo alguien que escaló como una cerca (…) Si tuviera que echarle la culpa a alguien, sería a la logística”, agregó.