Si alguien merecía disputar un partido de la trascendencia del que habrá el domingo 14 de julio (7:00 p.m.), en el estadio Hard Rock de Miami (Estados Unidos), cuando la Selección Colombia irá por el título de la Copa América ante Argentina, campeona del mundo, es el arquero Camilo Vargas.
El bogotano, a sus 35 años, supo esperar la oportunidad y gracias a su perseverancia recibió el premio de ser el cerrojo de la ’Tricolor’ en una campaña histórica, en la que está a 90 minutos de alzar el máximo trofeo a nivel de países del continente.
Habitual en el combinado nacional desde 2012 y suplente en las ediciones de la Copa del Mundo de Brasil 2014 y Rusia 2018 de David Ospina, y con cuatro participaciones en eliminatorias mundialistas, recibió el voto de confianza del técnico Néstor Lorenzo y ha respondido con creces.
Vargas, surgido de Independiente Santa Fe, en el que se convirtió en el arquero que cortó con 37 años de sequías en el FPC, también podría ser el hombre que tras dos décadas le dé una nueva alegría a la Tricolor, luego de que el vallecaucano Óscar Córdoba fuera el ídolo en 2001.
Publicidad
Los números de Camilo Vargas
En 540 minutos en la Copa, con pleno de presencias, Camilo solo encajó dos goles: los que anotaron Julio Enciso de Paraguay, en el estreno del 24 de junio en el triunfo (2-1); y el anotado por Raphina de tiro libre, el 2 de julio, en el empate (1-1) frente a Brasil; en partidos de la fase de grupos.
Publicidad
De resto, el capitalino se encargó de echarle candado a su arco y de guiar a su selección a la máxima cita del certamen, en la que Colombia llega como clara favorita de cara al título; pese a que al frente está la actual reina de América y del planeta.
Vargas es oriundo del barrio Cundinamarca de Bogotá, ubicado cerca del centro, en donde empezó a cultivar la afición por el fútbol. Se graduó como bachiller del colegio San Gregorio Magno, mientras que como deportista se formó en el club Maracaneiros, en el que llamó la atención de Santa Fe.
Debutó en marzo de 2007 frente a La Equidad y desde entonces es profesional, con más de 17 años de carrera, en la que ha jugado en ligas como las de Argentina y México; siendo hoy el golero del Atlas de México: en el que también cortó una seguidilla de 70 años sin ganar un título, en diciembre de 2021, gracias a sus atajadas.
El jugador acostumbrado a tumbar negativos registros sin trofeos tendrá el reto más especial de su carrera por delante: el de ser campeón de América, como premio a su fe y su trabajo, que nunca lo alejó del sueño de ser el guardián del arco Tricolor.
Publicidad
Le puede interesar:
Publicidad