Después de haberse convertido este fin de semana en el jugador que más goles (201) ha logrado para el París Saint-Germain en su historia, Kylian Mbappé parece llegar en un gran momento a un desafío muy complicado, el de conseguir que su equipo sobreviva el miércoles en la Liga de Campeones ante el Bayern de Múnich.
En la ida, el PSG fue superado en casa 1 a 0 por el campeón de Alemania y ahora necesita una gran remontada en el terreno del gigante bávaro.
El sábado, Mbappé se dio un baño de masas en el Parque de los Príncipes, donde fue aclamado al marcar el tanto del 4-2 definitivo ante el Nantes. Dejaba así atrás el récord de 200 del uruguayo Edinson Cavani.
"Estoy ya pensando en el partido del miércoles. He disfrutado con el público, pero hay que pasar pronto a otra cosa", insistió el atacante francés.
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"El objetivo está claro, queremos ir allí a clasificarnos. Tenemos mucha confianza, pero también humildad. Nos vamos a enfrentar a un gran equipo, pero somos el PSG, así que jugaremos para clasificarnos", sentenció.
El PSG lo necesitará. En la ida, Mbappé entró apenas en juego la última media hora, después de haberse recuperado contrarreloj de una lesión. Cambió la cara del equipo, aunque un tanto que hubiera supuesto el empate le fue negado por un ligero fuera de juego del hombre que le dio la asistencia.
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Hace dos años, su velocidad ya fue una pesadilla para el Bayern en una magnífica victoria 3-2 en un Allianz Arena entonces vacío por la pandemia del covid-19 y bajo la nieve. Era en cuartos de final y Mbappé firmó entonces un doblete.
El PSG se clasificó luego en el partido de vuelta pese a caer 1 a 0 en la capital francesa. Entonces los tantos marcados fuera de casa tenían su importancia en caso de igualdad, una circunstancia que ahora se ha eliminado.
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