El Atlético Mineiro de Brasil se clasificó a la final de la Copa Libertadores 2024 al empatar 0-0 con el argentino River Plate en el duelo desquite de las semifinales jugado este martes en el estadio Monumental en Buenos Aires.
Mineiro avanzó con un global de 3-0, ya que había ganado por ese resultado en el primer partido en Belo Horizonte.
En un partido intenso, River tuvo más la pelota, arrinconó al Galo con más de 30 remates al arco, pero se topó con la férrea defensa del equipo brasileño.
En la final, a jugarse el 30 de noviembre próximo en este mismo escenario, Atlético Mineiro, campeón de la Libertadores 2013, se enfrentará con el ganador de la otra semifinal, en la que el Botafogo tomó amplia ventaja al vencer por 5-0 al uruguayo Peñarol en Brasil.
Una tromba
El encuentro tuvo una demora de casi 20 minutos, entre la tardanza en la llegada del ómnibus del equipo visitante al estadio, y el impactante recibimiento a los equipos con un show de fuegos artificiales.
Obligado a ir en busca de la hazaña de revertir una caída por tres goles, River buscó desde el comienzo irse encima del Galo, con una presión alta sobre la salida del equipo brasileño, y tuvo la primera ocasión cuando Solari tuvo un rebote dentro del área chica, pero remató alto.
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Sin embargo, y a pesar de rodearle la calle a la visita, al Millonario le costó generar situaciones propicias frente a Everson, por lo que debió intentar con algunos remates desde fuera del área, como sucedió con un derechazo alto de Colidio, un remate de Kranevitter que salió cerca de ángulo derecho, y un cabezazo de Pezzella muy cerca del larguero
Del otro lado, Mineiro se plantó firme en el fondo, cambió su esquema con Paulinho más retrasado en el terreno, y soportó en su terreno las embestidas del local con una barrera de piernas para cortar cada intento del Millonario.
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Con poca tenencia -apenas el 33 %- el Mineiro casi no podía salir del asedio, y buscaba con pelotazos a Hulk o a Deyverson, que tuvo la mejor ocasión para liquidar el duelo con una escapada tras un error de Kranevitter, se escapó solo hacia el arco local, pero el portero Armani se lució para sacarle el balón cuando el delantero intentaba eludirlo.
Jugado en ataque, al filo de la cornisa con el equipo adelantado, River dominaba, pero se repetía en decenas de centros improductivos –más de 60 envíos-, le faltaba lucidez y una pizca de sorpresa para inquietar a Everson, al mismo tiempo que el Galo trataba de sacarle ritmo al encuentro y mantener el cero cuanto fuera posible.
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Alegría mineira
Estuvo de nuevo cerca de sentenciar el Mineiro en el arranque del segundo tiempo, cuando Scarpa se fue por la derecha y sacudió un zurdazo que reventó el larguero, picó fuera del arco, Deyverson remató como pudo, y Armani salvó la caída de su valla en la línea de sentencia.
Metió mano Gallardo en el equipo y dispuso los ingresos de los juveniles Echeverri y Mastantuono, que le dieron más dinámica al juego espeso que tenía River hasta allí, y a partir de la media hora empezó a frecuentar con más certeza el área brasileña.
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Everson, que había tenido poco trabajo, apareció con seguridad para tapar una llegada de Meza por atrás de todos, y luego metió un manotazo ante un remate de Echeverri que buscaba el rincón, mientras que la última para el local fue un tiro libre de 'Pity' Martínez que salió al lado del poste izquierdo.
Se vació River en su intento, le quedó lejos la remontada que había soñado durante una semana, y prolongó una falta de gol alarmante –un gol anotado en sus últimos seis partidos-, justo en el momento que más lo necesitaba, que lo deja afuera del gran objetivo de la temporada, en la antesala de la definición.
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Así, el Galo regresa a la finalísima de la Libertadores después de 11 años, y de eliminar en los cuartos de final a Fluminense, el campeón defensor, y en semifinales a River, que llegaba con el cartel de candidato, con Gabriel Milito como conductor de un equipo que muestra potente en ataque y rocoso en su estilo de juego.