El pasado sábado, 14 de septiembre, el estadio Palogrande de Manizales fue testigo de graves disturbios durante el enfrentamiento entre Once Caldas y Deportivo Cali , correspondiente a la décima jornada de la Liga BetPlay. La derrota de los visitantes, por un marcador de 4-1, no solo dejó consecuencias en lo deportivo, sino que también provocó una serie de incidentes en las gradas, donde los aficionados del equipo caleño manifestaron su frustración de forma violenta, generando momentos de alta tensión.
El partido, que ya parecía sentenciado por el amplio dominio de Once Caldas, tuvo que ser detenido temporalmente cuando un grupo de hinchas del Deportivo Cali intentó invadir el campo de juego. Ante el riesgo de una confrontación mayor, las autoridades locales y la Policía Nacional actuaron de inmediato para controlar la situación. El despliegue de los cuerpos de seguridad fue clave para evitar que los disturbios escalaran, aunque el ambiente en las tribunas se mantuvo tenso durante varios minutos.
La intervención policial no solo se centró en evitar la invasión al terreno de juego, sino también en contener a los aficionados que, desde las graderías, lanzaban objetos al campo y proferían amenazas. Los disturbios se originaron tras el cuarto gol de Once Caldas, que selló la dura derrota del conjunto azucarero y encendió los ánimos entre los hinchas caleños, muchos de los cuales no ocultaron su descontento por el rendimiento del equipo.
La frustración de los seguidores del Deportivo Cali no es para menos. Con esta derrota, el equipo dirigido por Jaime de la Pava amplía su racha negativa a cinco encuentros sin conocer la victoria, de los cuales ha perdido cuatro. Este preocupante desempeño en la liga no solo ha generado una profunda incertidumbre entre los hinchas, sino también en el entorno del club, que se enfrenta a una crisis deportiva en el presente semestre.
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