En un comunicado, la organización explica que presentó "una denuncia penal ante el fiscal del cantón de Zúrich después de que una investigación llevada a cabo por expertos externos sacara a la luz pruebas de una presunta mala gestión criminal que implica a la antigua dirección de la FIFA y a las empresas elegidas por esta para el proyecto" del museo.
Frente a estas acusaciones, el abogado de Blatter, Lorenz Erni, dijo a la AFP que "las acusaciones son infundadas y se niegan con vehemencia".
Según la FIFA, el proyecto de museo generó una factura de 500 millones de francos suizos (462 millones de euros) que "podrían y deberían haberse destinado al desarrollo del fútbol mundial".
Llegamos a la conclusión de que no teníamos más remedio que denunciar este caso al fiscal general, puesto que la dirección actual de la FIFA tiene responsabilidades fiduciarias con la organización y pretende asumirlas completamente, incluso si su predecesor está lejos de haber hecho lo mismo
Publicidad
El museo de la FIFA en Zúrich, promovido por Blatter , presidente apartado y suspendido, se inauguró en febrero de 2016 por el actual presidente, Gianni Infantino, al día siguiente de su elección.
Publicidad
Sin embargo, la nueva dirección de la FIFA, deseosa de reducir costes, lo cerró en noviembre de 2016, luego de que el museo generara pérdidas en su primer año de explotación.
El edificio tenía diez plantas y 3.000 m2 de superficie para exposiciones, espacios de eventos, salas de restauración, 34 apartamentos así como oficinas con capacidad para unos 140 empleados. Recibió una media de 11.000 visitantes por mes, mientras que el museo esperaba entre 130.000 y 150.000 visitantes al año.