Las autoridades finlandesas mostraron su preocupación este jueves después de detectar casi 100 casos de COVID-19 en aficionados que volvieron al país tras presenciar un partido de la Eurocopa de fútbol en San Petersburgo, en Rusia.
La primera ministra y la autoridad sanitaria a cargo de la pandemia, THL, pidieron a los finlandeses que regresaron al país luego de la derrota contra Bélgica el lunes que se hicieran test.
"Es importante que toda persona (de vuelta de Rusia) se haga test. Los posibles casos serán de este modo identificados y la enfermedad no podrá propagarse", declaró la jefa del Gobierno, Sanna Marin, a los medios finlandeses en los márgenes de una cumbre europea en Bruselas.
Las autoridades locales vecinas de la frontera entre Finlandia y Rusia han contado 86 casos en los test realizados en los puestos aduaneros, a falta de analizar todos los test.
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Como consecuencia de la saturación y los atascos provocados el martes por el regreso de unos 3.000 aficionados, los guardias fronterizos finlandeses tuvieron que dejar entrar a cerca de 800 personas sin hacerles test, según los medios locales.
Rusia se enfrenta a un incremento de los casos de coronavirus de la variante Delta, más contagiosa, una situación que afecta especialmente a San Petersburgo, ciudad sede de la Eurocopa.
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En un comunicado, la autoridad sanitaria THL recordó que la gente que regresaba debía hacerse test 72 horas después, destacando que la incidencia en San Petersburgo era en estos momentos veinte veces más alta que en Finlandia.
Finlandia quedó fuera de la Eurocopa luego de su derrota el lunes por la noche contra Bélgica (2-0) en Rusia.