Roland Garros, desplazado de la primavera parisina al otoño debido a la pandemia, dejó de ingresar entre 80 y 100 millones de euros (67-84 millones de dólares) por la ausencia casi total de espectadores, detalló la Federación Francesa de Tenis (FFT) este domingo, en el que se disputa la final.
Debido a las restricciones sanitarias, la FFT solo pudo vender un 3% de la cantidad de entradas habituales, lo que significa 750 personas por día en todo el complejo.
Pero la FFT encontró la manera de equilibrar las cuentas. Lo que le falta, es el margen de beneficios.
"Es una ausencia de entre 80 y 100 millones de euros (67-84 millones de dólares)", detalló el director general de la FFT Jean-François Vilotte.
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"El objetivo es no desacelerar nuestro esfuerzo en favor de los clubes y de las estructuras asociativas. Lo haremos con el apoyo de los bancos y esperemos que del Estado", añadió en rueda de prensa.
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En tiempos normales, Roland Garros es la fuente del 80% del presupuesto anual de la FFT, un organismo independiente. El margen de beneficio de la organización del torneo francés del Grand Slam "se reinvierte en beneficio del tenis francés", lo que será el problema de la presente edición. Vilotte subrayó que el torneo no se iba a organizar si daba "pérdidas".
"Quiero que seamos conscientes de que entre la decisión de mediados de marzo (aplazar el torneo a finales de septiembre) y la final de hoy ha sido un camino de cruces, fue complicado", añadió.
La FFT decidió mantener la organización del Masters 1000 de París, que confirmó esta semana que se celebrará del 31 de octubre al 8 de noviembre, con un máximo de 1.000 espectadores al día.