Hasta Zinédine Zidane conoce la derrota: el entrenador del Real Madrid, invicto en duelos de eliminación directa en Liga de Campeones, perdió 2-1 ante el Manchester City de Pep Guardiola el miércoles en la ida de octavos de final, comprometiendo seriamente su final de temporada.
Tras no haber perdido nunca en 12 enfrentamientos de eliminación directa en la Champions, "Zizou" tendrá que lograr una remontada épica en Manchester en la vuelta (el 17 de marzo) si quiere mantener su marca y... no ver estropearse el fin de temporada merengue.
"Guardiola le ganó el partido a Zidane", tituló este jueves el diario Marca, mientras que para Mundo Deportivo "el Manchester City asalta el Bernabéu".
Es un hecho: Zidane el invencible, autor de un triplete histórico en Liga de Campeones (2016, 2017, 2018), Zidane el "Rey" de la competición, tal y como lo calificó Guardiola el martes en rueda de prensa, hincó la rodilla, a pocos días de un partido crucial de Liga contra el Barcelona el domingo.
"Es complicado jugar bien al fútbol y perder de esta manera. Nos hace daño a todos", dijo Zidane tras el encuentro, añadiendo que "tenemos que ir allí a ganar, perdemos una oportunidad aquí y sabemos que tenemos que ir allí a ganar".
"Durante 3 o 4 meses, lo hicimos muy bien, con muy buenos resultados, ahora la verdad que son resultados complicados para nosotros", añadió el técnico merengue.
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"Fue un mal partido a nivel de resultado, pero no a nivel del juego, hay que estar más unidos, más fuertes. Voy a repetirlo: lo del domingo (el clásico) es una oportunidad de cambiar esto", insistió Zidane.
No obstante, Zidane ha visto reducirse sus posibilidades de ganar una cuarta 'Orejona', una hazaña inédita para un entrenador en la historia de la competición.
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Y en torno a él, es toda la 'Casa Blanca' la que tiembla.
El miércoles, Isco adelantó al Real Madrid en el marcador suscitando la alegría de un Bernabéu, que en apenas cinco minutos vio como el partido y sus futuro en la Liga de Campeones se daba la vuelta (78, 83).
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Peor aun: tras cinco meses de reconquista, con la victoria en la Supercopa de España en enero, los madridistas ven resurgir el fantasma del pasado año.
En marzo de 2019, en una semana, el Real Madrid fue eliminado de la Copa del Rey por el Barça (1-1, 3-0), apeado en los octavos de final de la Champions por el Ajax de Ámsterdam (2-1, 1-4), y vio alejarse a su rival catalán (1-0) en el clásico y en el campeonato.
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Aquellos siete días supusieron la puntilla para el corto mandato de Santiago Solari, destituido para permitir la vuelta a los mandos de Zidane.
Este comienzo de año 2020 podría parecerse un poco: fueron derrotados por el Levante el sábado en Liga (1-0, tras 21 partidos ligueros sin perder), cayeron el miércoles contra el City (2-1), han perdido a Eden Hazard por lesión (recaída de su fisura en el tobillo derecho) y su capitán Sergio Ramos no jugará la vuelta en Manchester, suspendido tras ver una roja directa el miércoles.
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Y para más inri, el Barça recuperó el liderato de la Liga con dos puntos de ventaja sobre el Real Madrid, que el domingo saltará al césped del Bernabéu bajo presión.
Ramos resumió la situación vía un mensaje en Twitter el miércoles: "Después de una noche muy dura, veo dos opciones: podemos pensar en la derrota de ayer o trabajar para la victoria de mañana. Yo elijo lo segundo. Cabeza y corazón ya en el Clásico".
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¿Ha perdido su magia el invencible Zidane? Todavía no. No totalmente. Pero el clásico del domingo es ya crucial para el técnico francés.
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