La selección belga ofreció una convincente actuación en su debut en la Eurocopa-2020 e inclinó por 3-0 a Rusia, un marcador que le permite dormir como líder de la llave B por delante de Finlandia, este sábado en San Petersburgo.
El partido se le puso de cara muy pronto al combinado dirigido por el español Roberto Martínez. Romelu Lukaku perforó la portería rusa apenas diez minutos después del pitido inicial y el defensa Thomas Meunier hizo el segundo a poco de llegar al descanso (34).
En la recta final del encuentro Lukaku consiguió el tercero de la noche tras un gran envío al espacio de Meunier (88). El de Lukaku es el primer doblete de esta Eurocopa.
Los 'Diablos Rojos' cumplieron con su papel de favoritos a pesar de que tenían bajas importantes. Su estrella Kevin de Bruyne no viajó a la ciudad de los zares y Eden Hazard, con molestias físicas, apenas disputó 20 minutos tras salir desde el banco.
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El triunfo de este sábado sitúa a Bélgica como líder del grupo B con tres puntos, los mismos que Finlandia, que venció sorprendentemente, en su debut en una fase final de Eurocopa, a Dinamarca en Copenhague (1-0), después del susto de Christian Eriksen, que sufrió un desvanecimiento en el césped y obligó a una suspensión temporal del encuentro.
Bélgica es primera por contar con una mejor diferencia de goles que Finlandia.
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Cuando apenas se habían cruzado las espadas, Lukaku hizo el primer corte a Rusia. En el minuto 10 de partido, el poderoso delantero del Inter de Milán cazó el balón cerca del punto de penal y fusiló a Antón Shunin, arquero local.
Lukaku estaba en fuera de juego en el inicio de la acción, pero Andréi Semiónov tocó la bola y habilitó al punta, que no desaprovechó el regalo. En su celebración, el '9' belga corrió a una cámara de televisión y gritó "¡Chris, te quiero!", en referencia a Eriksen, compañero suyo en el Inter.
Abucheos por arrodillarse
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Los 'Diablos Rojos' no estaban conformes con la ventaja 1-0 y siguieron remando buscando ampliar diferencias.
Shunin arruinó una buena oportunidad de Thorgan Hazard (22), pero no tuvo la misma fortuna poco después con Meunier. El lateral, que acababa de entrar al terreno de juego en sustitución de Timothy Castagne, aprovechó un rechace en el área y subió el segundo al marcador (34).
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En la segunda mitad Bélgica no tuvo tanta claridad de ideas y apenas inquietó la portería rusa, aunque la selección local tampoco creó ocasiones para intentar reducir su desventaja.
En los últimos compases del partido, Meunier puso un gran balón al espacio para Lukaku, que no cedió en la carrera con Igor Diveev y coló el balón en el arco ruso (88).
Antes de que comenzara el encuentro, los belgas hicieron el gesto simbólico de apoyar una rodilla en el césped como protesta contra el racismo, mientras que los rusos permanecieron de pie.
Hubo abucheos en ese momento entre los espectadores presentes en el estadio de San Petersburgo.
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El árbitro de la contienda, el español Antonio Mateu Lahoz, tamibén se arrodilló para reproducir el popular gesto antirracista. El atacante belga Romelu Lukaku elevó además el puño derecho.