Desde los 1.500 metros del Grand Colombier se atisba una impresionante vista de 360 grados que permite ver el lago Léman, el de Annecy, el Mont Blanc o el valle del Ródano, una atalaya que clarifica el paisaje.
Desde su primera ascensión en el Tour de Francia de 2012, la cota del macizo del Jura se ha acostumbrado también a aportar una visión clara del estado de forma del pelotón, porque sus rampas no dejan indiferentes, ni por la belleza del lugar, ni por su dureza.
Dos semanas después del inicio del Tour en Bilbao, la batalla entre el danés Jonas Vingegaar y el esloveno Tadej Pogacar no ha tenido un segundo de tregua. Cada vez que el terreno ha permitido escaramuzas, los dos gallitos de la general han aprovechado para golpearse.
Pero el escarceo que les mantiene a una distancia de 17 segundos en favor del nórdico no ha dejado claro cual de los dos está más fuerte. Pogacar adujo problemas en su todavía dolorida muñeca cuando perdió tiempo en la primera etapa pirenaica, antes de asestar dos hachazos a su rival en las dos siguientes, que mostraron las debilidades del danés.
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¿Cuál es el estado real de las fuerzas de cada uno en vísperas de la llegada a los Alpes? La "pirámide de Bugey", sobrenombre de esta particular montaña, servirá de termómetro.
En diez años, el Grand Colombier se ha hecho un hueco entre los lugares que suele visitar la carrera y su estampa aislada, como un faro que ilumina la región, le colocan como un lugar emblemático para etapas rápidas con final apoteósico.
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Será la sexta vez que el pelotón del Tour ascienda sus cotas, aunque solo la segunda que sitúe allí una meta, tras la victoria de Pogacar en 2020.
Pocas dudas hay de que la etapa con salida en Châtillon-sur-Chalaronne acabará con un excepcional fuego de artificio, como los que se lanzan en Francia el día de su fiesta nacional, ya que los organizadores han hecho todo para preparar un perfecto campo de batalla.
Toda la jornada está pensada para la traca final. Solo 137,8 kilómetros, prácticamente llanos, con una tachuela no puntuable, antes de afrontar el último desafío, con las fuerzas intactas, toda la energía al servicio de una subida espectacular.
El Grand Colombier promete mucha pelea, colocar a cada uno en el máximo de su potencia, como ya demostró hace tres años Pogacar, ganador de la única etapa que hasta ahora ha acabado en esa cima.
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El esloveno superó en la meta a su compatriota Primoz Roglic, que conservó el amarillo, pero la subida sirvió para descartar para la lucha por el amarillo al defensor del título, el colombiano Egan Bernal.
LA VERTIENTE MÁS LARGA
En esta ocasión, los organizadores han optado por la vertiente más larga, la que comienza en Culoz y tiene 17,4 kilómetros de ascenso con una pendiente media del 7,1 %, con las rampas más fuertes en el tramo inicial y medio, con porcentajes por encima del 10 %, y más tendido en el final.
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La ruta elegida permitirá visualizar sus hermosos lazos, donde las curvas se suceden en apenas unos kilómetros y donde los mano a mano aparecen de forma más cristalina, donde las sensaciones directas toman la primacía sobre la frialdad de las máquinas.
"Estoy deseando volver", aseguró Pogacar, que guarda buenos recuerdos del Grand Colombier y que espera volver a sacar partido de su explosividad para asestar un tercer mazazo a Vingegaard.
El danés no se amilana. Parece algo fatigado de que le pregunten por su rival y señala que afronta lo que queda de carrera "en buenas condiciones y con mucha confianza".
Vingegaard aguarda que llegue su terreno, etapas más duras y largas, donde el desgaste tome la iniciativa sobre los ataques secos, en los que el esloveno le lleva ventaja.
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Del Gran Colombier saldrán conclusiones para las jornadas alpinas, las más importantes del Tour más montañoso de los últimos años.
El fin de semana cuenta con dos etapas de mucha altura. El sábado, se ascenderán tres 'primeras' antes de la Joux Plane, de categoría especial, cuya cima está a 12 kilómetros de la meta de Morzine. El domingo la llegada estará en el puerto de Saint-Gervais Mont-Blanc, de primera.
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Tras una jornada de descanso, llegará la contrarreloj, exigente y en ascenso, antes de afrontar el miércoles el ascenso al Col de la Loze, para muchos la etapa reína de la edición.
Etapa 13: Châtillon-sur-Chalaronne - Grand Colombier, 137,8 km
Salida: 13.55 horas (11.55 GMT)
Llegada prevista: 17.21 horas (15.21 GMT)
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Montaña:
- Grand Colombier (Especial), 17,4 km al 7,1 %, en meta.
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