Se toca la oreja y marca cuatro dedos de su mano al cruzar la meta de Belleville-en-Beaujolais. Ion Izaguirre tiene en su mente a su hija Iraia, que cumplía cuatro años el mismo día que su padre conseguía su segundo triunfo en el Tour de Francia.
"La emoción ha sido mucha en los últimos kilómetros. Me he acordado de que esta mañana hablaba con ella. Por mi cabeza pasaban muchas cosas, son muchos los días que estamos fuera de casa y te pierdes muchas pequeñas cosas bonitas de la familia", comentó el ganador.
Su hija le inspiró para apuntarse una victoria que llega dos días después de la que consiguió Pello Bilbao en Issoire, que pudo fin a cinco años de sequía española y tras la que su compañero del Cofidis Victor Lafay había logrado en San Sebastián, tras 15 años en los que la formación francesa no conseguía un triunfo.
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"Con la victoria de Victor en Donosti, para un equipo pequeño como Cofidis, tras 15 años, nos quitó peso y nos dio moral. Con la de Pello, otro corredor de casa, también nos llevamos otra alegría. Llevábamos demasiados años sin ganar. Ahora que siga la fiesta", indicó el corredor.
El pequeño de los Izaguirre, su hermano Gorka corre en el Movistar, llegaba con muchas ganas de hacer algo importante en su novena participación en el Tour, un año especial porque la ronda gala arrancaba cerca de donde ellos habían dado sus primeras pedaladas.
It was a long time coming for Izagirre but he performed a master piece with a solo win from 30KM out. Relive the last KM ⤵️
— Tour de France™ (@LeTour) July 13, 2023
Elle aura pris du temps, mais Ion Izagirre retrouve enfin la victoire sur le Tour, après un run solitaire spectaculaire ⤵️ #TDF2023 @continental_fr pic.twitter.com/DYYjouXe3l
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"ME HUBIERA GUSTADO GANAR EN CASA"
"Me hubiera gustado ganar en casa y seguro que a Pello también. Yo llegaba a este Tour en buena condición y las etapas se adaptaban bien a mis características. Pero fueron muy difíciles, no hay más que ver quienes las ganaron", señaló.
El triunfo llegó en una etapa "rompepiernas", con tres puertos de tercera y dos de segunda, después de que el ciclista vasco no pudiera meterse en las buenas fugas en las jornadas de Pirineos.
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"Sentía mucha rabia por no poder ir a buscar una victoria pese a que estaba bien", indicó el corredor, ahora liberado de ese gran peso.
Izaguirre aseguró que con su triunfo "el trabajo ya está hecho", pero avisó que no tira la toalla en un Tour que se le está dando bien a él y a su equipo.
En dos días el pelotón afrontará una etapa con final en Morizne, antes de escalar los puertos Ramaz y Joux Plane, un final similar al que había en la jornada de 2016 en la que consiguió su primer triunfo en la ronda gala, también en una larga escapada en la que superó al colombiano Jarilson Pantano y al italiano Vincezo Nibali.
"El Tour no ha terminado y seguiremos intentando entrar en las fugas. Si recupero bien, puedo intentarlo, aunque este fin de semana será muy duro y no sabemos si los corredores de la general buscarán la victoria (...) Tuvimos muchos años sin victorias y ahora dos seguidas, esperemos seguir en esta línea", afirmó.
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Izaguirre aseguró que ha encontrado un lugar cómodo en el Cofidis, al que llegó en 2022 tras haber pasado por el Astana, Bahrain, Movistar y Euskaltel.
El español tuvo muchas palabras de agradecimiento para su compañero francés Guillaume Martin, que estuvo con él en la fuga y junto al que enlazó con el grupo de cabeza tras haberse descolgado en el penúltimo puerto.
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Luego, cuando Izaguirre atacó en el último, Martin hizo su labor de desgaste entre los perseguidores. "La verdad es que me dio mucha tranquilidad saber que iba detrás", indicó.
El español ocultaba mal la emoción por la derrota y la alegría por sumar un nuevo triunfo a su nutrido palmarés. Izaguirre tiene triunfos en las tres grandes vueltas y ha sido campeón de España en ruta y dos veces en contrarreloj.
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