Julio de 1998. A tres días de la salida del Tour de Francia desde Dublín, un coche del equipo Festina es interceptado en la frontera franco-belga con un cargamento de productos dopantes. Fue el primer acto de un culebrón que significó un punto y aparte en el ciclismo.
El arresto del conductor, el fisioterapeuta belga Willy Voet, supuso la apertura de una investigación judicial en Lille, que rápidamente conllevará detenciones y registros en cascada.
El 11 de julio el pelotón arranca desde Irlanda. A la llegada al continente, el Tour avanza al ritmo que marca la policía, convirtiéndose en un calvario y estando a punto de no poder terminar.
Supuso un antes y un después en la lucha contra el dopaje. Provocó el nacimiento en 1999 de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) y el escándalo quedó simbolizado por el escalador francés Richard Virenque, líder del mediático equipo Festina y estrella del pelotón.
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En un primer momento, Virenque se obstina en negar el dopaje con EPO, hormona estimulante de la formación de glóbulos rojos y por lo tanto el transporte de oxígeno a los músculos.
Un estatus de "víctima" autoproclamada que evidentemente alimenta el interés del público por este caso inédito.
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Su negación duró hasta el juicio, en el año 2000, cuando el ciclista reconoció por primera vez públicamente que se había dopado.
Antes de este episodio ante el juzgado de Lille, el verano (boreal) de 1998 y los siguientes dos años de instrucción fueron una sucesión de momentos "extraordinarios", según explican dos testigos a la AFP, un abogado y un periodista.
"Mentiroso"
Un ejemplo: la confrontación en el despacho del juez Patrick Keil en el que Virenque y Voet llegaron a las manos.
"Virenque trató de mentiroso a Voet, que no lo aguantó. Los policías tuvieron que separarlos", recuerda el abogado Thibault de Montbrial.
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Este letrado estaba presente aquel día para asistir a Bruno Roussel, director deportivo del Festina. Un caso muy mediático que hizo despegar su carrera a los 29 años que tenía entonces.
La cara de De Montbrial dio la vuelta al mundo el 17 de julio, cuando lee delante de un grupo de periodistas el comunicado en el que Roussel reconocía el dopaje organizado bajo estricto control médico en el Festina.
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El director deportivo confesó delante del juez y el texto leído a la salida del tribunal tuvo el efecto de una bomba.
Stéphane Thirion, periodista belga especializado en ciclismo, rememora la etapa siguiente: la exclusión de los corredores del Festina, decidida la noche del mismo 17 de julio por Jean-Marie Leblanc, entonces director del Tour.
"Estaba en la sala de prensa y por fortuna escuché el intercambio telefónico en el que Leblanc pedía a Hein Verbruggen (entonces presidente de la Unión Ciclista Internacional) que apoyara su decisión".
Leblanc calificó la exclusión de "saludable para el Tour y para el ciclismo". Dejaron la carrera Virenque, Alex Zulle, Laurent Brochard y otros seis ciclistas.
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"Ley del silencio"
Unos días más tarde, todos son detenidos en Lyon para someterse a análisis sanguíneos.
En sus comparecencias amplían el campo de la investigación. El suizo Zulle señala a su antiguo equipo, el español Once, donde corren otras estrellas del pelotón. También prestan declaración antiguos ciclistas del Festina.
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"La audiencia de Zulle nos permitió llegar al Once, la de Bouvard al Casino y la de Magnien a la Française des Jeux", señaló aquel 30 de julio a la AFP Gérald Vinsonneau, fiscal adjunto Lille.
Sus declaraciones tienen repercusiones inmediatas en el pelotón, donde el enfado es creciente, hasta el punto de declarar una huelga a dos días del final en París.
Virenque es el único ciclista enviado a juicio, por complicidad en la incitación al dopaje.
En diciembre de 2000 se dictaron penas de prisión con condena condicional a Roussel, Voet, dos antiguos mandos del Festina y un fisioterapeuta del equipo La Française des Jeux. Los otros imputados, una pareja de farmacéuticos y un médico del equipo Once, fueron multados.
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Virenque será sancionado por las autoridades deportivas pero en el plano penal quedó en libertad. Una clemencia que el tribunal explicó por "el contexto" de un dopaje generalizado en el ciclismo profesional. El juez denunció la falta de acción de las instancias deportivas y "la ley del silencio" en el pelotón.
El ciclismo estaba lejos entonces de haber cerrado su drama con el dopaje: en 1999 Lance Armstrong gana el primero de sus siete Tours. Serán retirados en 2012, algunos meses después de que el estadounidense reconociera que los consiguió bajo los efectos de sustancias prohibidas.
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