Mikel Landa (Bahrain) encarala Vuelta a España 2021 con el deseo "de estar en el podio claramente" y de "pelear por etapas", aun asumiendo que "no" está "al 100 por cien" de forma y esperando "perder lo mínimo en los primeros días".
Por ello considera que "es pronto para decir" si estará o no en la pelea por el triunfo final, pero le "gustaría" poder hacerlo.
Al respecto, admite que Primoz Roglic -ganador de las dos últimas ediciones de la Vuelta- y Egan Bernal, vencedor del Tour 2019 y del Giro 2021, "son más favoritos" que él por esa "trayectoria" previa.
En todo caso, avanzó que llega a esta Vuelta "con muchas ganas", quizás "con más ganas que nunca quizás por esa falta de forma" que aún arrastra y que espera "ir mejorando" para alcanzar su mejor estado durante la Vuelta.
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Landa se mostró cauteloso sobre sus posibilidades por las consecuencias de la dura caída en el Giro de Italia que le cercenó completamente la temporada. "Es que vengo de donde vengo, de romperme cuarto costillas y la clavícula y como mucha incertidumbre", recordó.
Aunque, en lo anímico, se encuentra "bien, motivado y contento de volver" a una carrera que comienza "casi en casa, en una ciudad" a la que tiene "mucho cariño" y en la que suele ser protagonista cuando corre la Vuelta a Burgos. Prueba de ello, es su nueva victoria en la general la semana pasada.
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Landa, por otro lado, lamentó no haber vuelto al podio de una grande por etapas desde su fulgurante aparición en el Giro de Italia de 2015, en el que fue tercero.
"Desde entonces mi objetivo es entrar en un podio de una grande, pero a veces por mala suerte, a veces por las fuerzas, no ha podido ser. Lo que he aprendido desde entonces es a tener paciencia y seguir peleando", confesó.
En ese Giro se supeditó a un Fabio Aru del que lideraba el Astana y que acaba de anunciar que se retira al final de la presente temporada. "Hemos sido amigos y compañeros y es una pena, pero supongo que a él le dará tranquilidad", dijo, cariñoso, hacia su excompañero.