El sabor hispanoamericano del equipo británico Ineos Grenadiers en laVuelta a España lo están poniendo sobre todo el costarricense Andrey Amador y el ecuatoriano Richard Carapaz con la 'roja' sobre su espalda.
Amador tiene completamente asumido que debe ejercer de guardaespaldas de Carapaz en su pelea por lograr el triunfo en la Vuelta a España, como ya hizo en elGiro de 2019 para que la Locomotora de Carchi acabase con la maglia rosa.
El de San José y el carchense son unos recién aterrizados en la todopoderosa formación británica, pero para nada acaban de entablar relación. De hecho, el uno en su labor de cuidador y el otro como líder del equipo, parecen empeñados en cambiar al menos el idioma de relación en el Ineos. Aparcar el inglés para introducir el español con acento y giros latinoamericanos parece ser su objetivo.
Ambos llegaron el pasado 1 de enero al Ineos Grenadiers procedentes del Movistar, en el que habían compartido cuatro temporadas consecutivas en la élite ciclista defendiendo su color azul, a las que ahora se suma esta quinta vestidos con el negro del conjunto británico.
Publicidad
El costarricense, siete años mayor que el ecuatoriano, llegó a la formación de Eusebio Unzué en 2009 y como uno de los veteranos le dio la bienvenida en 2016. Todo parecía indicar que podía ser un ciclista de una única camiseta, pero la eclosión de Carapaz en el pasado Giro propició que cuando el de Carchi anunció que se iba al Ineos, él también lo hiciese.
Antes de arrancar la séptima etapa de la Vuelta en Vitoria, Carapaz reconoció estar "emocionado" por lucir la camiseta roja en "un día especial" y se mostraba confiado en la capacidad de su equipo para trabajar en su favor.
Publicidad
Trabajar juntos cuatro temporadas tuvo su gran premio en la arena de Verona, donde Carapaz se anotó su primera gran vuelta por etapas y presentó su candidatura a ser uno de esos pocos ciclistas que pueden aspirar a luchar por uno de los tres colores más deseados en el mundo del ciclismo. El amarillo del Tour, el rosa del Giro y el rojo de la Vuelta.
"En Formigal hubo bastante desgaste y vamos a defender el liderato. Tenemos equipo para poder defenderla", dijo antes de verse sometido a una intensa jornada de trabajo en la que Amador fue el único que pudo acompañarle de principio a fin.
Los fríos números de los tiempos tras esta séptima etapa solo dicen que, al margen del salto adelante de los españoles Alejandro Valverde (Movistar) y Míkel Nieve (Mitchelton Scott) y el australiano George Bennett (Jumbo Visma), nada ha cambiado en las primeras posiciones de la general.
Sin embargo, la jornada vivida entre Vitoria y Villanueva de Valdegovia fue muy dura y con gran desgaste, con uno de los puertos más míticos de la historia del ciclismo español y por tanto de la Vuelta, como Orduña, como protagonista.
Publicidad
Carapaz tuvo en Amador al fiel guardaespaldas que lo cuidó en solitario durante la mayor parte de la segunda ascensión a Orduña. El resto de las huestes del equipo que dirige con mano de hierro Dave Brailsford desapareció para dejar los últimos veinte kilómetros en manos del costarricense.
El examen parcial lo salvó con nota Amador, pero para luchar hasta el final por la 'roja' los otros cinco supervivientes del Ineos, tras la retirada en la segunda etapa del colombiano Brandon Rivera, deberán exprimirse bastante más.
Publicidad
Chris Froome, Michal Golas, Iván Ramiro Sosa, Dylan van Baarle y Cameron Wurf son los hombres que deberán tratar de llegar lo más lejos posible para aliviar la labor del de San José