Las carreteras gallegas con la incursión final en la provincia de Zamora con la meta en Puebla de Sanabria volverán a poner a prueba las fuerzas de los aspirantes al triunfo final y también al resto de supervivientes, en una jornada de constante rompepiernas, cinco puertos y un final en rampa que podría marcar alguna diferencia.
Aunque ninguno de los puertos que se ascenderán son de gran entidad, la dureza del itinerario la reconoce la organización marcando unos promedios por debajo de los 40 kilómetros por hora, con el intermedio fijado en 36 kms/hora, que solo supera en uno a los que se marcaron el pasado fin de semana en la doble cita asturiana.
La etapa más larga de esta 75 Vuelta a España , la decimoquinta, llevará al pelotón desde la pontevedresa localidad de Mos hasta la zamorana Puebla de Sanabria con 230,8 kilómetros.
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A priori la jornada se presenta apta para que los aventureros dispongan de una oportunidad para hacer realidad sus deseos, pero el equilibrio de fuerzas entre los mejor situados en la clasificación general les llevará a no desaprovechar cualquier oportunidad que pueda presentarse en el recorrido.
Todos los rivales del líder Primoz Roglic (Jumbo Visma) están buscando en estas últimas etapas el momento oportuno para intentar romper su hegemonía y pillarle en una emboscada y despojarle del maillot rojo.
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Aunque el recorrido no presente grandes ascensiones, las carreteras gallegas apenas dan respiro y el más mínimo síntoma de flaqueza puede pagarse caro.