Los 12.000 hinchas ingleses que entrarán en el estadio do Dragao de Oporto para presenciar la final de la Liga de Campeones entre Manchester City y Chelsea van llegando al aeropuerto de Oporto entre fuertes medidas de seguridad, hasta completar los 80 vuelos previstos para hoy.
Desde las diez horas (hora local), los aviones procedentes de Manchester y Londres van aterrizando en el aeropuerto Sá Carneiro y, una vez allí, los seguidores son conducidos en función del equipo al que sigan, con el fin de evitar que se mezclen los hinchas de sendos clubes.
Si el aficionado es el del Manchester City, las fuerzas de seguridad lo conducen hasta la zona de la Alfándega, donde permanecerá hasta que, posteriormente, toda la masa sea orientada hacia el estadio.
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Por contra, los seguidores del conjunto londinense son derivados, tras aterrizar, a la zona céntrica de la avenida de los Aliados, desde donde serán transportados al estadio.
En los primeros vuelos que han aterrizado este sábado, los aficionados no han planteado problema alguno y reina la tranquilidad en el aeropuerto Sá Carneiro.
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Las mayores complicaciones tuvieron lugar la pasada noche en las zonas de La Ribeira -junto al río Duero-, ya que cientos de seguidores se agolpaban sin distanciamiento, entre cánticos y sin mascarillas. Además del consumo desmesurado de cerveza.
De madrugada, fueron, poco a poco, abandonando las zonas de fiesta y regresaron a los respectivos hoteles.
El partido se celebrará con público y en total se ha habilitado para la hinchada inglesa el 33 % de la capacidad del estadio, por lo que la final de la Liga de Campeones será presenciada por 16.500 personas.