La colombiana Caterine Ibargüen disputó en Tokio-2020 sus últimos Juegos Olímpicos, pero no tiene claro cómo será el futuro de su carrera, puntualizó este jueves la oficina de su agente en un segundo comunicado, enviado dos horas después de un primer texto en el que se había anunciado su retiro definitivo como atleta.
"La saltadora colombiana Caterine Ibargüen anunció que la cita olímpica de Tokio-2020 serían sus últimos Juegos, pero aún no ha terminado (su carrera) y sus planes inmediatos son volver a Portugal y seguir entrenando", aclaró el segundo comunicado para corregir lo anunciado en el primer texto.
"Aunque los Juegos Olímpicos son la cúspide de los logros deportivos, Ibargüen espera mirar hacia el futuro del deporte por nuevos caminos. No está segura de lo que le espera, pero no está lista para dejar la pista para siempre", se añadió en el breve texto de ese comunicado, enviado con la mención "rectificación" respecto al primer texto.
En el primer comunicado se sentenciaba que "la saltadora colombiana Caterine Ibargüen ha anunciado su retirada", sin circunscribir el retiro únicamente a los Juegos Olímpicos, donde la saltadora fue décima el pasado domingo en la final de triple salto de Tokio-2020.
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También en ese primer comunicado de la agencia de Jos Hermens, representante de la laureada atleta colombiana, se incluían unas declaraciones de Ibargüen a modo de despedida.
"Estoy muy feliz con las oportunidades que la vida me ha brindado y por haber sido capaz de demostrar que los sueños pueden cumplirse. Ahora termina un capítulo, pero la gran historia continúa", comentaba ahí la deportista.
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En el segundo texto no hay declaraciones de Ibargüen.
La gran estrella de la historia del atletismo colombiana tiene ahora un futuro muy incierto y parece complicada su continuidad a un alto nivel, también por los problemas físicos en la parte final de su carrera.
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De lo que sí se ha despedido es de los Juegos Olímpicos, un evento en el que debutó en Atenas-2004 cuando competía en salto alto y donde ha logrado dos medallas, ya tras reconvertirse al triple salto, la plata de Londres-2012 y sobre todo el oro de Rio-2016, el momento cumbre de su carrera deportiva.
En Mundiales consiguió una mayor cosecha de medallas en su prueba predilecta, dos de ellas de oro (Moscú-2013, Pekín-2015), la plata en Londres-2017 y dos bronces (Daegu-2011 y Doha-2019).
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De Caterine la Grande a la reina Yulimar
En los últimos años, Ibargüen dejó de ser la gran estrella de su prueba ante el fenómeno Yulimar Rojas , la joven venezolana que el domingo le sucedió como campeona olímpica, batiendo además el récord del mundo (15,67 metros) en la capital japonesa.
Tras esa final, Ibargüen, décima tras llegar apenas 14,25 metros, fue preguntada por su retirada y se mostró evasiva.
"He aprendido que con tantas emociones encontradas no se deben dar respuestas a cosas tan complejas. Me iré a la Villa Olímpica, disfrutaré con mis compañeros y de pronto mañana tengo una respuesta", dijo entonces en el estadio de Tokio.
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La propia Yulimar Rojas, que comenzó en pleno momento de hegemonía clara de Ibargüen y que desde 2017 le sucedió como la reina del triple salto, quiso dedicar unas palabras de reconocimiento ese domingo a la que ha sido su rival más emblemática, con la que llevó al atletismo mundial un apasionante duelo deportivo Colombia-Venezuela.
"Yo siempre he dicho que ella es una atleta que van a pasar muchos años en Colombia para que llegue otra (...). Yo sé que ella se quería ir de Tokio de una forma distinta, pero ella no tiene que darle explicaciones a nadie. Es una atleta que merece respeto, merece el honor y la admiración no solamente mía, sino de todo el mundo", indicó entonces Yulimar Rojas, que estaba viviendo la noche más importante de su carrera.
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"Ha sido muy aguerrida, ha sido un ejemplo de lucha, de sacrificio, de esfuerzo y de superación", señaló.
Los dos comunicados sobre Ibargüen llegaron en un día alegre para el atletismo colombiano en la pista de Tokio, con la plata de Anthony Zambrano en los 400 metros.