Los tratamientos estéticos dentales, como las carillas, han ganado popularidad como una solución rápida para mejorar la apariencia de los dientes. Sin embargo, pese a su creciente aceptación, algunos expertos señalan problemas, especialmente por su relación con el mal aliento. Esto puede ocurrir cuando las carillas no se ajustan bien, lo que genera pequeños espacios donde se acumulan restos de comida y placa bacteriana, lo que incrementa el riesgo de mal olor y problemas en las encías.
Las carillas dentales y el mal aliento
Robin Gutiérrez, gerente general de la red odontológica Sonría, destaca que una colocación inadecuada o el daño de las carillas puede aumentar la acumulación de bacterias y residuos, lo que no solo provoca mal aliento, sino también inflamación de las encías y problemas dentales. Además, resalta la importancia de una adecuada higiene oral y visitas periódicas al odontólogo para evitar estos problemas y mantener una buena salud bucal.
Otro inconveniente que pueden causar las carillas es la incomodidad inicial en la masticación y el habla. Esto es especialmente notable si no se colocan con precisión, lo que puede alterar la pronunciación de ciertos sonidos o dificultar la correcta masticación de alimentos. Además, las carillas de resina compuesta, aunque más económicas, son menos duraderas y más propensas a fracturarse, lo que aumenta los riesgos de higiene deficiente y halitosis.
Si un diseño de sonrisa no se ejecuta correctamente, las consecuencias pueden ser graves para la salud bucal, como el desgaste prematuro de los dientes, inflamación de las encías, y en casos más severos, pérdida ósea. Estos problemas pueden empeorar si no se sigue un adecuado cuidado dental, lo que resalta la necesidad de un tratamiento preciso y de hábitos de higiene rigurosos.