Ser administrador de una propiedad horizontal en Colombia es una tarea compleja, como lo evidencia la variedad de problemas que enfrentan. Según la Ley 675 de 2001, los administradores deben gestionar la contabilidad, libros, conservación y mantenimiento de las propiedades.
El último Censo Inmobiliario (2018) muestra que más del 60 % de la población colombiana vive en propiedades horizontales, subrayando la importancia de los administradores. Sin embargo, enfrentan problemas comunes, como conflictos de intereses y falta de supervisión adecuada, lo que genera tensiones y dificulta la transparencia administrativa. La comunicación ineficaz entre la administración y los residentes también reduce la cooperación comunitaria.
Uno de los desafíos más significativos es la insuficiencia de recursos económicos. Muchas copropiedades tienen problemas debido al incumplimiento en el pago de las cuotas de administración, lo que afecta el mantenimiento y las mejoras esenciales, llevando al deterioro gradual de las propiedades.
La seguridad es otro tema crítico. El uso de sistemas de citofonía y seguridad obsoletos hace que los conjuntos sean vulnerables a escuchas no autorizadas, hackeos o intrusiones, poniendo en riesgo la privacidad y seguridad de los residentes. Este problema es más grave en las ciudades menos urbanizadas, donde las opciones de seguridad son menos avanzadas.
Para abordar estos problemas, los conjuntos residenciales pueden considerar la actualización a sistemas más modernos que ofrezcan mejor calidad de servicio a menor costo de implementación, asimismo que permitan integrar las medidas tradicionales de seguridad como rejas y puertas de seguridad con sistemas de comunicación y vigilancia modernos
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