Al momento de comprar un electrodoméstico para el hogar , uno de los aspectos más importantes a considerar es el ahorro de energía que le proporcionará, lo que se verá reflejado en su factura de la luz.
Para cerciorarse de que está ahorrando existe un elemento que tienen los electrodomésticos nuevos, y algunos usados, el cual especifica de cuánto será el consumo mensual y anual de cada uno.
Se trata de la etiqueta de eficiencia energética, la cual es un rótulo visible con información sobre consumo e indicador de desempeño energético, clasificación de desempeño y características técnicas de un equipo, según el Ministerio de Minas y Energía.
Esta etiqueta es de uso obligatorio en electrodomésticos como neveras, lavadoras, estufas, aires acondicionados, calentadores de agua, motores monofásicos, entre otros.
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¿Cómo entender la etiqueta de eficiencia energética?
El adhesivo clasifica los aparatos en una escala de A a G, siendo A la categoría de equipos más eficientes.
También funciona por colores, donde el verde indica la mayor eficiencia energética y el rojo el mayor consumo. Optar por electrodomésticos con calificación A o B no solo reduce el consumo eléctrico, sino que también implica una menor emisión de gases contaminantes.
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De esta manera, la etiqueta proporciona información sobre el consumo energético anual del aparato, expresado en kilovatios hora (kWh), y otros aspectos relevantes, como la capacidad o el nivel de ruido, dependiendo del tipo de electrodoméstico.
Seleccionar electrodomésticos con una alta eficiencia energética genera ahorros en las facturas de energía y tiene un impacto positivo en la sostenibilidad ambiental.
Además, estos productos, aunque puedan tener un costo inicial más elevado, permiten un retorno de inversión a través de la reducción de los costos de energía durante su vida útil.