Algunos creen que Alejandro Magno fue un genio al notar cómo una buena fragancia podía influir sobre las demás personas, o eso dicen algunos que indican que fue en la antigua Roma cuando se supo los primeros pasos de lo que ahora se conoce como el perfume, la etiqueta de glamur de millones de personas.
Pero es con el paso del tiempo han pasado a un segundo plan de ser un simple accesorio, sino que son una herramienta capaz de influir sobre los demás e, incluso, de estatus. Los olores son más memorables que las imágenes. Según estudios de la Universidad de Rockefeller, los seres humanos recuerdan el 35 % de lo huelen, comparado con solo el 5 % de lo que ven. Además, los aromas pueden evocar recuerdos y emociones profundas, influyendo en el comportamiento.
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Un perfume puede definir la personalidad de una persona
Según Alejandra Morales, de Emmir Milano, empresa de perfumes, una buena fragancia genera ciertas actitudes en torno a quien la use. Por ejemplo, si busca crear un ambiente de más energía y optimismo, influyen los aromas cítricos y, por otro lado, los amaderados dan signos de seguridad y confianza; asimismo, la calidez sirve con tonos de ámbar o vainilla. O la lavanda que da sensación de calma y tranquilidad.
“En el mundo empresarial o de los negocios, la psicología del perfume es clave, debido a que los aromas pueden influir directamente en las percepciones y decisiones de las personas, especialmente en situaciones como las reuniones, las entrevistas y reuniones de trabajo. De acuerdo con la directiva de Emmir Milano, un perfume bien elegido puede generar una impresión duradera, proyectando seguridad, sofisticación y confianza, cualidades esenciales para causar un impacto positivo en estas interacciones”, indicaron.
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Por ende, la buena elección de un perfume permitirá impactar de forma diferente ante las personas y lo que buscan en las personas.