La Novena de Aguinaldos es una tradición profundamente arraigada en la fe cristiana, especialmente en países de América Latina como Colombia, Venezuela y Ecuador.
Durante nueve días, del 16 al 24 de diciembre, se reza con devoción para preparar el corazón para la llegada del Niño Jesús.
El día 3 de la Novena de Aguinaldos nos invita a meditar sobre el cumplimiento de la promesa divina: el nacimiento de Jesús, el Emmanuel, "Dios-con-nosotros".
¿Cómo rezar el día 3 de la Novena de Aguinaldos?
La estructura de la Novena es sencilla y se realiza en comunidad o en familia, creando un ambiente de recogimiento espiritual y alegría navideña:
- Canto de un villancico.
- Oración para todos los días: Esta oración da inicio a la Novena y nos invita a meditar sobre el amor infinito de Dios al enviar a su Hijo al mundo.
- Oración a la Virgen María: Un acto de confianza en María como madre espiritual, pidiendo su intercesión para recibir a Jesús en nuestros corazones.
- Oración a San José: Reconocemos la figura de San José como protector del Niño Jesús, modelo de humildad y entrega.
- Lectura Bíblica: Se proclama un pasaje relacionado con el misterio de la Encarnación.
- Consideración: Una breve reflexión sobre el significado del pasaje bíblico del día.
- Gozos: Un canto tradicional que expresa el anhelo de recibir al Niño Dios.
- Oración al Niño Jesús: Una súplica confiada, recordando las palabras de Jesús sobre el poder de su infancia.
Aquí la novena de aguinaldos en PDF:
Día 3 de la Novena de Aguinaldos
«Mirad: la virgen concebirá y dará a luz un hijo y
le pondrán por nombre Emmanuel, que significa
“Dios-con-nosotros”». Mt 1, 23
Esta profecía se cumple en el nacimiento de Jesús,
quien nació de la Virgen María. Esta profecía nos
lleva a reflexionar sobre la importancia de la veni-
da de Jesús a este mundo. El “Emmanuel” trae la
presencia de Dios en medio de nosotros, su cer-
canía y su amor por la humanidad. Jesús vino a
este mundo como el cumplimiento de la prome-
sa divina de estar con nosotros y ofrecernos su
salvación y redención.
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La encarnación de Jesús y su nacimiento de una
Virgen nos muestra la obra de Dios para reconcil-
iarse con la humanidad. A través de Jesús, Dios
se hizo uno de nosotros para comprender nues-
tras luchas, nuestros sufrimientos y nuestras
alegrías. Jesús vino a traer la Buena Nueva del
Reino de Dios, nos ofrece el perdón de los peca-
dos y nos abre el camino a una relación restaura-
da con Dios.
Este pasaje bíblico nos recuerda que Dios eligió
vivir entre nosotros en la persona de Jesucristo.
Su nombre, Emmanuel, es un recordatorio de su
presencia constante y su amor inquebrantable.
Nos invita a reflexionar sobre la importancia de
esta venida divina y cómo podemos responder
a ese regalo que nos ha brindado: su amor y su
gracia.
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Oh, Adonai, Pastor de la casa de Israel,
que te apareciste a Moisés en la zarza ardiente
y en el Sinaí le diste tu ley:
ven a librarnos con el poder de tu brazo.
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