Eliana Ortega es una joven ecuatoriana que reside en Nueva York y se gana la vida matando piojos. Al llegar a Estados Unidos, se dio cuenta que era un mercado rentable y un sustento diario.
“Los piojos me cambiaron la vida y lo siguen haciendo hasta el día de hoy. Yo vine aquí y no era nadie, no sabía inglés, no conocía a nadie y no tenía dinero. Dios me abrió las puertas en Nueva York y fue algo que jamás había pensado. Los piojos fue algo que nunca me había imaginado en la vida, pues aquí, encontré una mina de oro matándolos”.
Además, Ortega es tecnóloga de piojos, lo que significa hacer una estrategia de marketing y atención al cliente.
“Las habilidades de comunicación y atención al cliente porque eso es lo principal, no solo para el trabajo, sino para todo negocio, porque en el negocio de los piojos, la gente y los clientes a los cuales atendemos, se encuentran en un estado emocional vulnerable por el mismo hecho de tenerlos”.