Tanto colombianos como venezolanos en balsas improvisadas y llantas cruzan el río Táchira, el cual que presenta crecimiento por las fuertes lluvias, para llegar a Colombia . El desespero por cruzar la frontera los lleva a no medir los riesgos y a utilizar cualquier medio para lograrlo, así sea ilegalmente.
Yaneth Jiménez es una colombiana que vive en Ureña, Venezuela , está embarazada y no ha podido asistir a los controles en Colombia .
No ha sido posible desde el cierre de frontera abrir un canal humanitario por el cual se permita que las personas accedan al sistema de salud en Colombia, personas colombianas, pero que viven en Venezuela.
Centenares de personas viven la misma situación, aunque muchos se atreven a cruzar el río Táchira y las trochas pagando hasta 20.000 pesos a bandas criminales para que les ayuden a cruzar. Otros prefieren no arriesgarse y no asistir a sus citas médicas.
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El gobierno colombiano anunció que, por la pandemia, la frontera continuará cerrada hasta el próximo año.
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