Cerca de 84 años estuvo el busto de bronce del general Benjamín Herrera en un parque de Bucaramanga.
Sin embargo, en las últimas horas la comunidad se percató que se lo robaron de la carrera 27, entre calles 51 y carrera 26A, frente al Parque Turbay, donde estaba ubicado.
La estatua vio la luz por primera vez el 19 de agosto 1939. En ese año los patricios de la época quisieron rendir un homenaje a este militar, gloria del partido liberal y quien participó en varias contiendas, la más importante la de Palonegro. Fue candidato a la Presidencia de la República en 1922 frente al general Pedro Nel Ospina quién resultó ganador. Murió en Bogotá el 29 de febrero de 1924.
Esa mañana de agosto la escultura fue instalada frente al edificio Nacional de Correos y Telégrafos, que en ese momento existía donde hoy es la calle 36 con carrera 15. Ese día acompañaron el acto el presidente Eduardo Santos, su esposa Lorencita Villegas de Santos y María José Villanueva de Herrera, viuda del General.
El 11 de noviembre de 1965 el busto del general fue traslado al parque que lleva su nombre (Benjamín Herrera), el cual queda justo frente al Parque Turbay, de donde fue hurtada.
“Eso realmente es una tragedia para Bucaramanga, pues una ciudad que cultiva el amor y el respeto por sus antepasados y esas estatuas han ido desapareciendo. El vandalismo contra las estatuas y contra el respeto a la cultura es absolutamente vergonzoso”, expresó el arquitecto, Antonio José Díaz, miembro del Consejo Departamental de Patrimonio.
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Según el experto, son habitantes de la calle o personas inescrupulosas las que se roban estas valiosas obras para revenderlas a los chatarreros, quienes terminan fundiéndolas.
El llamado es a las autoridades, no solo para que traten de recuperar este busto, sino para que eviten que este tipo de actos vandálicos vuelvan a ocurrir.
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Para tener en cuenta, el busto del general Benjamín Herrera comprende cabeza, cuello, hombros y nacimiento de los brazos. El rostro del militar fue tomado de los retratos pictóricos que acentúan sus rasgos faciales, luciendo grandes mostachos, vestido con uniforme militar de campaña de alto mando de la época. Presenta chaqueta, chaleco, camisa y corbata.
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En el año 2006 esta escultura, creada por el maestro José María Angulo, fue avaluada en 4 millones de pesos.