Desde Bucaramanga, los familiares de Carlos Quiceno le exigieron al ELN la liberación del escolta y sus dos compañeros, quienes fueron secuestrados el pasado 11 de enero en Hacarí, Norte de Santander.
“Estoy desesperada, mi hijo es un hombre trabajador, no le ha hecho daño a nadie, se lo llevaron junto con otros dos compañeros. Espero nos estreguen pruebas de supervivencia”, dijo Judith Ramírez, madre de Carlos Quiceno.
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La mujer asegura que después del atentado en Bogotá la situación se complicó porque, al parecer, el ELN los iba a liberar, pero no se han vuelto a pronunciar sobre el tema.
Carlos Quiceno es escolta de la empresa de valores Brinks desde hace más de cinco años y vive junto con su esposa y tres hijos en Bucaramanga.