“Papi Quiero Piña”, el emblemático paradero santandereano que es tendencia en Twitter

Si usted es de Santander o estuvo en algún momento de su vida en este departamento, seguramente sabrá dónde está “Papi Quiero Piña”, el emblemático paradero santandereano que durante este miércoles se convirtió en tendencia enTwitter.

Muchos comentarios se han desatado por el peculiar nombre del paradero, que ha albergado a miles de viajeros durante más de 49 años.

Este miércoles “Papi Quiero Piña” desató miles de comentarios en Twitter porque allí, precisamente, fue el punto de encuentro de los taxistas que salieron a protestar. Sin embargo, lo que más llamó la atención de los internautas fue el nombre del paradero.

“Que Papi Quiero Piña sea tendencia y que la gente se sorprenda de que exista una zona llamada así, solo es una prueba de que los santandereanos podemos conquistar el mundo pero no queremos”, escribió una usuaria.

“Papi Quiero Piña es el referente geográfico más famoso de Colombia”, escribió otra usuaria.

“Papi Quiero Piña hace parte de la historia patria de Santander”, tuiteó alguien más.

Pero la historia de “Papi Quiero Piña” se remonta hacia 1.974 con don Gustavo Pinilla Díaz, un noble campesino quien llegó desde Lebrija a Floridablanca a montar su negocio.

Allí empezó vendiendo piñas, pero el negocio creció y se convirtió en un paradero obligado para los viajeros que van desde el área metropolitana de Bucaramanga hacia San Gil, Socorro, Tunja y Bogotá.

“Yo llegué ahí por la indicación de un señor que tenía una finca, yo le ayudaba, entonces un día me dijo oiga usted que trabaja tanto y conoce la piña, porque no pone una venta de piñas ahí y la puse”, contó don Gustavo Pinilla en una entrevista dada hace cuatro años al medio local Oro Noticias.

“Entonces el patrón me sugirió el nombre para el negocio y me dijo que le iba a gustar mucho a la gente porque llegaban niños ahí a comer piña, entonces decían pare papá que queremos piña. De ahí el nombre Pare Papi Quiero Piña”, relató al medio.

Sin embargo, los proyectos de infraestructura vial obligaron a que don Gustavo Pinilla cerrara su negocio y otros más que nacieron en ese paradero.

En 2018 la Alcaldía de Floridablanca tumbó los locales con la promesa de entregarles unos nuevos, sin embargo, dicha promesa no se cumplió.

“Esperamos, según lo que hemos podido hablar con el Alcalde de Floridablanca (Héctor Mantilla), que en dos años ya estemos ubicados nuevamente en el ‘Papi Quiero Piña modelo 2020’. Creemos que sería absurdo que existiera el intercambiador, desapareciendo el origen que es el parador”, sostuvo en 2018 el señor Gustavo Pinilla Orejarena, hijo de don Gustavo.

Actualmente en la zona funciona un ‘terminalito’ informal de buses que recogen pasajeros hacia San Gil y Bogotá. Allí, según la Alcaldía, se iba a construir un terminal. Promesa que hasta ahora no se ha cumplido.