El próximo 26 de septiembre se reabre la frontera entre Colombia y Venezuela y con ella las relaciones comerciales y diplomáticas entre los dos países después de 7 años de desacuerdos binacionales. Este lunes, en Mañanas Blu, cuando Colombia está al aire, dos conocedores del tema hablaron de las implicaciones sociales, políticas y de seguridad que supone esta normalización comercial y económica.
Escuche a Álvaro Niño, empresario de Cúcuta, junto a Armando Peña, presidente de la Cámara de Comercio de Cúcuta.
“Cerraron la frontera y todo se vino abajo. Entre Ureña, San Antonio y Cúcuta había unas 20.000 empresas, todas muy dinámicas, porque Venezuela siempre ha sido uno de los mejores clientes de Colombia y eso se rompió. De ese total de empresas, en este momento quedaron respirando unas 1.000”, declaró Niño.
Según Armando Peña, expresidente de la Cámara de Comercio de Cúcuta, contrario a lo que se afirma, la frontera nunca paró su economía, sino que tuvo que sumirse en la ilegalidad por la fuerza de las circunstancias.
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“La economía se siguió moviendo y es un tema importante por decir. Se cierra la frontera, pero aquí había unas complementariedades de los encadenamientos productivos, donde las empresas ubicadas en Ureña en San Antonio tenían empleados colombianos. Compartíamos tecnología, compartíamos conocimiento y todo eso se fracturó a raíz del cierre de la frontera, pero la economía prevaleció”, sostuvo Peña.
Según Peña, la economía se siguió moviendo por trochas, por lo que no puede afirmarse que durante el tiempo del cierre hayan cesado las exportaciones e importaciones.
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“Se fortaleció la informalidad a través de las trochas. Lo que estamos pidiendo es que se reactiven rápidamente los puentes para empezar a restablecer toda esa dinámica comercial y económica que finalmente aterriza sobre la cotidianidad de las personas que viven en este eje fronterizo”, complementó.