Cielo González, una maestra santandereana de 64 años, fue la primera persona en Sudamérica con uncorazón artificial. En 2014, cuando las probabilidades de que su cuerpo rechazara un nuevo órgano, la única alternativa fue la de implantar el dispositivo Heartmate II para reemplazar su corazón.
Desde entonces, carga su corazón artificial que funciona con energía eléctrica para bombear sangre a todo el cuerpo.
“Estoy más que agradecida porque en estos ocho años de mi segunda vida, como yo la llamo, he podido sumar muchas vivencias. He viajado por el país con mi familia, pude celebrar los 15 años de mi única nieta, estuve en la confirmación de todos mis nietos. En resumen, si no fuera por este dispositivo no estaría echando el cuento”, contó Cielo.
El problema principal de Cielo era que su corazón no podía bombear la sangre con la fuerza que su cuerpo necesitaba. Su condición hacía que se fatigara al realizar actividades diarias como comer, cepillarse los dientes o caminar.
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“Heartmate II tiene una fuente de poder que sale por la piel del vientre y está conectada a una pequeña computadora, que es el cerebro del dispositivo. Este computador, que ella carga en un bolso, tiene dos baterías portátiles, con cargas de entre 14 y 16 horas, que le permiten salir sin problemas”, explica Leonardo Salazar Rojas, director del Programa de ECMO y Asistencia Ventricular de la FCV.
En ocho años, la Fundación Cardiovascular de Colombia ha implantado a 25 pacientes adultos y pediátricos, convirtiéndose en referente en Latinoamérica.
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