Familiares de un hombre, que llegó sin signos vitales a la unidad de urgencias del Hospital de Girón, Santander, terminaron agrediendo al personal de salud, al vigilante y destrozando ventanas, puertas y otros elementos del lugar, cuando se enteraron que esta persona habría fallecido al parecer por COVID-19.
“La esposa del señor que falleció había hablado con el médico y entendía la situación, pero la mamá del fallecido y otros familiares al parecer no y se formó una turba que irrumpió de forma violenta en la unidad de urgencias del hospital, lanzaron piedras contra los médicos, enfermeras, atacaron al vigilante y destrozaron el lugar”, explicó Aymer Alvarado, gerente del centro asistencial.
El hombre que falleció tenía 31 años y el médico que lo revisó hizo una autopsia por la situación de la pandemia y en ese procedimiento habían dudas sobre la causa de la muerte.
“Cuando el médico activó el protocolo de COVID-19, el cuerpo fue llevado a una zona denominada 'gris' y una parte de la familia y otras personas entraron y le pegaron al vigilante e hicieron varios destrozos en el lugar, por fortuna llegó la Policía”, señaló el gerente del hospital.
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La secretaria de Salud de Girón, Claudia Leal, manifestó que cuando una persona muere sospechosa de COVID-19, se debe activar el protocolo para la manipulación del cadáver debido a la pandemia y se procede a su cremación.
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